El Ministerio de Agricultura tiene previsto que Alicante y Murcia utilicen 200 hm3 de agua desalada para regadío y consumo urbano a partir de 2027, doce años, debido a la disminución del aporte de caudales del Tajo por la sequía y los movimientos del Gobierno de Castilla-La Mancha, consentidos por Madrid, para cerrar un trasvase. La cantidad, el doble que en la actualidad, ha quedado fijada, blanco sobre negro, en el nuevo plan hidrológico de la cuenca del Segura, que establece 117 hm3 de agua desalada que deberán utilizar los agricultores y 83 hm3 para la Mancomunidad de Canales del Taibilla para abastecer a los municipios, entre ellos Alicante y Elche y toda la Vega Baja, y de forma extraordinaria Benidorm, como ha sucedido ese verano tras «secarse» el embalse del Amadorio.
Un caudal que, según las intención del Ejecutivo central -en trasvases con las mismas ideas que el PSOE- tendrá como objetivo disminuir la presión sobre la cabecera del Tajo, que tiene a su favor el argumento legal de la reserva (400 hm3) que se fijó la pasada primavera para reducir los aportes al Segura. Como advirtió en su día en Instituto de Geografía de la UA, un movimiento impulsado por el anterior Consell que ha acabado pasando factura a la provincia, como lo demuestra la autorización del trasvase de agosto. Cinco hectómetros cúbicos menos de los que corresponderían en las normas de explotación, ya con el recorte aplicado al elevar la reserva.
El documento del plan hidrológico del Segura añade, por otro lado, que la capacidad de producción de recursos desalinizados en la cuenca será aún mayor, con un volumen previsto en 2027 de 334 hm3, de los que 146 hm3 al año corresponderían al regadío y 188 hm3 al uso urbano industrial y de servicios. Paradójicamente, en el escrito se deja en evidencia la capacidad de la macrodesaladora de Torrevieja (300 millones de euros de inversión) a la que le relegan como productora de agua desalada para riego (11 hm3) debido a que los técnicos consideran que la producción de agua desalada estaría cubierta, en principio, con las plantas de Valdelentisco (30 hm3), Águilas (48 hm3), El Mojón (2), Virgen de los Milagros (10), Marina de Cope (5), CR Águilas (4) y la planta del Bajo Almanzora (7). En total, 117 hm3. En cuanto a la producción de agua desalada para uso urbano, el plan hidrológico prevé 83 hm3, de los que un parte saldrá de las desaladoras de Alicante I y II, en Agua Amarga. A estas cantidades se suman los caudales de Mutxamel, con capacidad para 18 hm3 al año.
Mientras, en estos momentos, las mayores cuencas fluviales de Castilla-La Mancha, la del Tajo y la del Guadiana, almacenan, en la peor época del año, 5.536 hm3 la del Tajo y 6.314 hm3 la del Guadiana. Es decir, ambas, cuyas cabeceras y tramos medios están en Castilla-La Mancha, almacenan más de 12.000 hm3. «Pretender cerrar el trasvase Tajo-Segura, cuando esas cuencas fluviales suman casi 12.000 hm3 es, sencillamente, una prueba de la demagogia, torpeza y frivolidad con que algunos políticos tratan el tema del agua», denuncia Antonio Rico, justo en la semana en la que el gobierno socialista de Emiliano García-Page ha vuelto a aprobar recurrir el trasvase de 15 hm3 aprobado en agosto para el Segura, cinco hectómetros cúbicos menos que lo que corresponde por ley. «Llevan haciéndolo 36 años en lo que es un ejemplo de insolidaridad con la provincia de Alicante», subraya Ángel Urbina, portavoz de la Federación de Regantes.
Reordenar el Tajo
Los agricultores alicantinos, apoyados por el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, sostienen que la solución para garantizar el funcionamiento del trasvase pasa necesariamente por un reequilibrio de la cuenca cedente del caudal. La cabecera hidrográfica del Tajo está en la Cordillera Ibérica, mucho más expuesta a los riesgos de sequía que la margen derecha del Tajo. En esta margen derecha que ocupa la Cordillera Central se encuentra la cabecera pluviométrica, sobre todo en el Macizo de Gredos, con volúmenes de precipitación que superan los 1.000 y los 1.500 litros por metro cuadrado al año. «Lo que debiera haberse planteado antes de limitar el funcionamiento del trasvase es una conexión interna del Tiétar y del Alberche, en el Tajo Medio, con el área metropolitana de Madrid y Toledo. Con esa conexión, se garantizaría el funcionamiento del Tajo-Segura, y se asegurarían los suministros agrícolas», apuntó Antonio Rico.
