Ante el revuelo generado por la actitud de los representantes de Ikea, levantándose de la mesa ante la presencia de medios gráficos, la mercantil atribuyó el incidente a un «malentendido» y negó que con ese gesto rompieran las negociaciones. «Como muestra y evidencia del interés que Ikea tiene por instalarse en Alicante y estar, de esta forma, más cerca de todos los alicantinos, habíamos solicitado una reunión con el Ayuntamiento de Alicante para preguntar por el estado de nuestro proyecto en Rabasa», señaló la empresa, para añadir que «al entender, una vez en la misma y en un momento determinado, que la reunión iba a producirse en términos distintos, hemos creído conveniente emplazarnos a otro momento».

Subraya que «creemos que se ha producido un malentendido» y que la voluntad de la compañía «es la de seguir trabajando conjuntamente con las administraciones públicas y demás agentes locales con el objetivo de que nuestro proyecto en Rabasa sea una realidad cuanto antes».