La primera gran tormenta acompañada de granizo caída sobre Alicante prácticamente desde el final de las obras del plan antirriadas en 2007, sirvió ayer como un buen test para comprobar la eficiencia de los nuevos colectores que, salvo un problema puntual en San Blas, cumplieron con su cometido y evitaron grandes inundaciones en el casco urbano. La tormenta comenzó a las 14.20 horas y afectó a toda la comarca de l`Alacantí con registros de hasta 50 litros por metro cuadrado en Mutxamel. En Alicante, el observatorio de Ciudad Jardín recogió 41 litros/m2 durante los cuarenta minutos que duró la tormenta, de los que 23 litros cayeron en tan sólo 10 minutos, entre las 14.20 y las 14.30 horas. Según el climatólogo Jorge Olcina, si el agua hubiera caído con la misma intensidad durante dos horas, en una situación similar a la de septiembre de 1997, la cantidad de agua hubiera sido la misma que provocó una gota fría.

Olcina aseguró que lo de ayer fue una tormenta o «supercélula» muy activa que se formó sobre las 13 horas y de manera inesperada sobre las cumbres del Maigmó, Peña Roja y la Carrasqueta. La tormenta llegó a bajar 11 grados la temperatura máxima en Alicante, que descendió de los 26,5 grados de las 12.30 horas a los 15,3 grados que marcaba el termómetro en la ciudad a las 14.30 horas. Tras la tromba de agua volvió a salir el sol y a subir el mercurio. Para hoy, la Agencia Estatal de Meteorología prevé un día tranquilo y sin lluvias, que no volverán hasta el domingo y de forma débil.

Salvo el final del barranco de San Blas, donde las rejillas no resistieron la intensidad del arrastre de agua mezclada con piedras, las obras antirriadas respondieron bien, lo mismo que la desembocaduras de los barrancos de las Ovejas y la Albufereta. No hubo que registrar grandes embolsamientos en el casco urbano. No así en las avenidas de Juan Bautista Lafora y de Elche, donde los charcos provocaron retenciones puntuales en la circulación de vehículos. Tampoco hubo incidencias en el aeropuerto, donde apenas llovió, ni en la estación del ferrocarril, blindada para el agua para disgusto de los vecinos del entorno de la avenida de Tarrasa en San Blas, que vieron como durante unos minutos el agua se embalsaba en la calle paralela a las vías del AVE.

La tormenta se produjo, según Jorge Olcina, debido a la formación de «varios núcleos nubosos, al principio pequeños, pero que han ido creciendo hasta que ha originado la supercélula, que ha entrado en contacto con el viento húmedo del Mediterráneo, que al estar tan caliente en esta época ha favorecido la formación de la enorme tormenta». En terminos meteorológicos, una supercélula es una agrupación de cumulonimbos (nubes) que origina tormentas severas. «En estos casos descarga lluvia con viento racheado (es lo que se denomina un frente de tormenta o de supercélula) e incluso granizo», explicó Olcina.

Alicante ha recogido en cinco días el doble de la precipitación registrada desde enero. Y ya se ha superado la precipitación media de un mes de septiembre. «Pero no ha sido una situación típica de gota fría. En ese caso las cantidades y el tiempo de lluvia intensa hubiesa sido mayor. El fenómeno ocurrido recuerda a la situación de septiembre de 1989, cuando se instaló también aire frío en las capas altas, pero no una gota fría, que provocó fuertes tormentas en diversos puntos del litoral mediterráneo».