Pasaban pocos minutos de las 14 horas cuando el cielo se encapotó con nubes grises y comenzaron a caer los primero rayos. Sobre la ciudad de Alicante y localidades vecinas como Mutxamel y San Vicente se desencadenó entonces una intensa tormenta que en algunos instantes hizo saltar todas las alarmas, ya que en apenas 10 minutos se llegaron a recoger hasta 23 litros por metro cuadrado de agua que causó problemas puntuales. Sin embargo, la red de infraestructuras contra las inundaciones desarrollada en los últimos años funcionó en el caso de Alicante y una hora después de finalizar la tormenta, la ciudad recobró su ritmo habitual.

Los Bomberos y la Policía Local tuvieron que acudir a varios avisos por bajos y garajes inundados, así como por la caída de un árbol en la calle Bellea del Foc que no provocó daños personales ni materiales de importancia. El aguacero sí que causó desperfectos en las aulas del colegio de educación especial Santo Ángel. Profesores de este centro temían que no se pudieran iniciar mañana con normalidad las clases. En la Universidad de Alicante, el edificio del Rectorado se vio afectado por las lluvias y los funcionarios tuvieron que achicar agua de los despachos. Por su parte, el equipo de baloncesto Lucentum tuvo que interrumpir su entrenamiento por las goteras en el Centro de Tecnificación. También hubo goteras en el Hospital General y cinco de los ascensores quedaron inutilizados por el agua lo que retrasó pruebas diagnósticas y la entrada de algunos pacientes en quirófano, según informó ayer el sindicato CC OO.

En avenidas como Doctor Rico el torrente de agua que bajaba hacia el centro de la ciudad desplazó varios metros los coches aparcados y los contenedores, que quedaron obstaculizando los carriles de circulación. En el barrio de San Blas también hubo cortes intermitentes de luz durante la hora que se prolongó la tormenta.

En esta zona de la ciudad también se registraron problemas al final de la desembocadura del barranco de San Blas, en la calle paralela a las vías del AVE. Durante los momentos en que arreciaba la tormenta se produjeron embolsamientos de agua y pequeñas inundaciones en los garajes de la zona. Los vecinos denunciaron que «algo ha pasado tras las obras del AVE, cuando la estación y las vías no se inundan y la rejilla de la calle Tarrasa no ha podido absorber la gran cantidad de agua al llegar con muchas piedras».

Por la zona del Puente Rojo también se produjeron grandes balsas de agua, que dejaron atrapados varios vehículos y arrastraron contenedores. Como ya es habitual en episodios de fuertes precipitaciones, en la avenida de Niza, en primera línea de la playa de San Juan, se acumularon bolsas de agua, ya que esta zona está construida por debajo del nivel del mar y desde la finalización del plan antirriadas no se ha resuelto la colocación de una bomba de achique de agua. Por lo demás, en la playa de San Juan, no se registraron mayores incidentes, salvo alguna trapa de alcantarilla levantada en la avenida Costa Blanca por efecto del agua acumulada, y tampoco en la zona del Golf, donde en otras ocasiones se han registrado inundaciones en garajes de las urbanizaciones. El parque La Marjal, de reciente construcción, contribuyó absorbiendo buena parte del agua caída en esta zona. La playa de la Albufereta de nuevo quedó partida por el efecto del enorme torrente de agua que desembocaba a través del barranco del Juncaret y que provocó una enorme mancha de barro en la bahía y la acumulación de broza, piedras y basura en el agua y en la arena.

Las comunicaciones fueron las más perjudicadas por la tromba de agua. El tráfico en la línea 2 del tranvía, que une San Vicente con la ciudad de Alicante, tuvo que ser cortado durante 50 minutos debido a la acumulación de agua en algunas zonas del recorrido y la escasa visibilidad, según informaron desde FGV. En la línea 4, que recorre la playa de San Juan, hubo retrasos «mínimos». En la avenida de Dénia los conductores pasaron verdaderos apuros para poder circular debido a la importante acumulación de agua. En la circunvalación de Alicante, idéntica situación. Los coches se quedaron prácticamente parados por momentos y con las luces de emergencia encendidas debido a la densa cortina de agua que impedía la circulación. También se registraron balsas de agua en la avenida de Elche y en la Cantera. La intensa lluvia dejó inutilizados los semáforos en distintos puntos de la ciudad, como la playa de San Juan, la Isleta o la avenida de Teulada.

En los municipios del resto de la comarca las fuertes precipitaciones, que se iniciaron cerca de las 14.00 horas, también causaron estragos. La tromba de agua provocó la caída de varios árboles en el casco urbano de San Vicente del Raspeig, así como en la zona de la Almazara, sin tener que lamentar heridos. Por otra parte, la Policía Local se vio obligada a cerrar el acceso en el puente de la vía del tren de acceso al barrio El Tubo. Asimismo, el servicio del TRAM quedó paralizado en este tramo durante cerca de media hora por un problema en la catenaria, como informaron desde la Policía Local.

Mutxamel también sufrió las consecuencias de la tormenta que asoló parte de la provincia ayer a partir de las 14.00 horas. La presencia de un talud en la carretera de acceso a la zona de urbanizaciones de Rio Park obligó a la Guardia Civil de Tráfico a cortar el tráfico en la zona. En Sant Joan d'Alacant y en El Campello la fuerte lluvia que, en algunos momentos, llegó a convertirse en granizo volvió a anegar calles y puentes, como ya sucedió el día anterior, en menos de una hora. El edil de Seguridad de El Campello, David Ramírez, señaló que ayer la tromba de agua les pilló más «preparados». «Ya habíamos limpiado parte de los barrancos, lo que evitó que se produjeran los atascos del día anterior». En Sant Joan la superficie del puente de la autovía también quedó inundada.