Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Más de 363 millones para reducir la deuda

Las entidades locales reservaron 314,3 millones el pasado año para amortizar préstamos y otros 48,9 para pagar intereses

La elevada deuda que aún arrastran las entidades locales de la provincia se ha convertido en un lastre para los ayuntamientos. Tanto, que el pasado año los 141 consistorios alicantinos y la Diputación destinaron en su conjunto un total de 363,2 millones para cumplir con las entidades financieras y el Gobierno. De acuerdo con la liquidación provisional de los presupuestos de 2014, los ayuntamientos reconocieron obligaciones por 314,3 millones para amortizar sus préstamos y otros 48,9 millones para el pago de intereses.

La cifra es netamente superior a la que se registró un año antes. En 2013, con la crisis sacudiendo todavía los cimientos de las corporaciones locales, éstas destinaron 282,7 millones para reducir su endeudamiento y para gastos financieros. 31,6 millones menos que en 2014.

La carga financiera obedece a dos motivos. El primero, la deuda con las entidades financieras. Aun cuando la situación económica de la provincia era boyante, un elevado número de corporaciones decidieron tocar a la puerta de bancos y cajas de ahorro para poder impulsar proyectos en sus términos municipales. Polideportivos, piscinas, edificios para mejorar los servicios a la ciudadanía, instalaciones culturales... El grifo del crédito estaba abierto y los alcaldes no dudaron en recurrir a él.

Pero entonces llegó la crisis. La burbuja inmobiliaria se hizo pedazos y los ingresos ligados al ladrillo sufrieron un retroceso considerable. El Impuesto de Construcción, Instalaciones y Obras (ICIO) y las tasas urbanísticas dejaron de ser un maná económico y los consistorios se vieron obligados a acometer recortes. No les quedaba otra para poder cuadrar las cuentas.

Y en 2012, con la preocupación instalada en más de una concejalía de Hacienda de la provincia, el Gobierno central salió al rescate. Impulsó varios mecanismos de ayuda a las administraciones públicas y amplió de 5 a 10 años el plazo para devolver las liquidaciones negativas de 2008 y 2009 (en 2014 lo elevó a 20 años). En definitiva, permitió que más de una corporación sobreviviera a nivel financiero.

Pero si hubo una iniciativa que auxilió realmente a los ayuntamientos, ésa fue el plan de pago a proveedores. Con el crédito bancario prácticamente cerrado, el Ministerio de Hacienda habilitó una línea de préstamos con bajos intereses para que las entidades locales abonaran sus facturas pendientes con las empresas. Y ahora, la deuda municipal se reparte entre las entidades financieras y el Gobierno.

Compartir el artículo

stats