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Vecinos de Juan XXIII denuncian semanas de retraso con el correo

Los residentes aseguran que desde que el anterior cartero se jubiló en mayo, sólo reciben cartas una vez al mes y que ya han presentado quejas

Los vecinos con los buzones vacíos ISABEL RAMÓN

«Las cartas llegan cada diez, quince o incluso veinte días y eso en el mejor de los casos», asegura Manuel Fernández, uno de los vecinos del segundo sector de Juan XXIII que denuncia el retraso en el servicio de correos desde que en mayo se jubilara el anterior cartero. «Me ha llegado esta semana una carta con matasellos del 14 de agosto», se queja otro vecino, Ángel Joaquín Nieto, quien lamenta que «si es algo urgente, no te enteras». Juan Manuel Larios, otro residente del barrio, coincide en esa misma queja: «Llevo 30 años viviendo aquí y nunca había habido problemas hasta ahora».

Indican que la designación de algunas direcciones, en las que figura el número de la parcela, pueden resultar confusas, pero entienden que eso no es óbice para que el cartero «conozca la equivalencia» de las direcciones, como lo hacía el anterior trabajador. Así lo considera Larios, quien agrega que «el Ayuntamiento puso nombre a las calles y tienen que olvidarse de lo de bloque y parcela», en referencia a la nomenclatura de algunas direcciones.

Correos asegura que está repartiendo con normalidad en esa zona, pero los vecinos discrepan. «Hace un par de meses presentamos una queja en Correos, pero no hemos obtenido respuesta», aseguró el presidente de una de las comunidades de propietarios de la calle Salvador Allende, Francisco Pérez. Explica que el anterior cartero «pasaba dos veces por semana y ahora sólo recibimos cartas una vez al mes». «Presenté una queja y en Correos me dijeron que lo arreglarían, pero han pasado dos meses y todo sigue igual», sostiene otro vecino, Óscar Cambre.

Los residentes afirman que la situación se da en toda la zona, sobre todo en las calles Salvador Allende, Salvador Sellés, Francisco Bas Mingot y Ronda de Melilla. Mientras decenas de ellos exponían sus quejas esta semana, un trabajador de correos aparcó en la zona para realizar una entrega en una de las fincas. Al ser interpelado por los vecinos, indicó que no era el cartero habitual, pero apuntó a la mala señalización de alguno de los bloques.

Los vecinos indican que algunas de las direcciones tienen la nomenclatura antigua, pero inciden en que hasta la primavera del año pasado no habían tenido ninguna incidencia y achacan el retraso a la falta de servicio. Por ello, reclaman que se refuerce el reparto de correo para que se realice con mayor periodicidad. Su mayor preocupación es recibir cartas «importantes como una cita médica o el pago de un recibo» y no enterarse a tiempo, como sostiene José Lucha.

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