Diez años se han cumplido este verano desde que el Ministerio de Medio Ambiente, entonces controlado por la socialista Cristina Narbona, modificara en 2005 la toma del agua del trasvase Júcar-Vinalopó de Cortes de Pallás trasladándola a Cullera. Una decisión que abrió una «guerra» entre los regantes de la provincia contra el PSOE y que el PP no ha sabido cerrar con la complicidad de Generalitat, tanto la anterior como la actual, que tampoco tiene en sus planes recuperarla.