Regula Frey disfruta de las espectaculares vistas del mar y la playa que se observan desde su terraza del otro lado de la ventana. Con las mosquiteras echadas y desde el sofá de su sala de estar. Ha renunciando a sentarse junto a la piscina, al aire libre. No vale la pena, el precio por este pequeño placer llega a convertirse en dos semanas de picores y malestar. Los picotazos del mosquito tigre afectan a muchos vecinos de esta zona del litoral de la comarca. Al igual que Regi (como la llaman) llevan todo el verano soportando la presencia de estos molestos insectos.
«A partir de las seis de la tarde ya no puedo estar sentada aquí fuera», relata. «He probado hasta cuatro cremas, ésta -señala- es la mejor, al principio no tiene mucho efecto pero es un alivio al pasar los días», apunta. Esta vecina de la Coveta afirma que ha tenido que tomar antibióticos y cortisona a causa de las picaduras de los mosquitos tigre. Explica que las ronchas, que se pueden ver en su espalda, muñeca y piernas, se le llegan a infectar y el picor le ha llegado a durar hasta dos semanas, algo desesperante.
«Este año estamos recibiendo más que quejas que otros veranos, prácticamente durante toda la temporada», informa el presidente de la Asociación de Vecinos de la Coveta (Amecove), Francisco Beltrán. El representante vecinal añade que incluso algún vecino ha tenido que llevar a sus niños al centro de salud tras haber sufrido las picaduras de los mosquitos tigre.
Focos
Beltrán detalla que el agua estancada de las piscinas de algunas residencias supone un criadero para las larvas de los mosquitos. De igual forma, manifesta que junto a las vías del Tram, al final de la calle Italia, se encuentra un pozo ciego que recoge las aguas fecales de toda la zona próxima -en la Coveta no existe aún alcantarillado- y que supone otro foco para la proliferación de los mosquitos.En esta zona el agua de cuando en cuando se desborda y los servicios municipales deben bombearla para evitar el problema. «Este verde, con tanto arbusto en medio de todo este espacio seco se produce porque hay agua y ello atrae a los mosquitos», denuncia Beltrán.
La presencia de mosquitos en El Campello suele ser una de las mayores molestias de la época estival, en concreto en la zona de la Coveta y los bloques de edificios que se encuentran próximos a la desembocadura del Río Seco, donde confluyen las playas Muchavista y Carrerlamar. Sin embargo, este año la aparición de los mosquitos tigre incrementa el malestar de los vecinos. Desde la Gestora de Asociaciones de Vecinos informaron que tras consultar sobre las fumigaciones se les trasladó que los tratamientos siguen siendo semanales y continuos.
Propuestas
«Las fumigaciones que se venían realizando en el último tiempo no son lo suficientemente efectivas, ya que la cantidad de agua y vegetación acumulada en especial en la desembocadura del Río Seco es cada vez más abundante, las cañas llegan hasta la altura del puente», afirma el alcalde de El Campello, Benjamín Soler. Por ello, el equipo de gobierno propone atacar el problema de raíz y llevar a cabo el desbroce de todos los barrancos del municipio. «En este momento estamos evaluando los presupuestos para limpiar los barrancos, una medida que creemos necesaria tanto para los mosquitos como para mitigar las posibles consecuencias de que tengamos en algún momento gota fría en el municipio», detalla el primer edil. En este sentido, Soler señaló que aún se desconoce el momento en que se pueda realizar esta actuación dado que la magnitud del trabajo obliga al Ayuntamiento a contratar a una empresa externa. «Hemos contactado tanto con la Generalitat como con la Diputación para saber si nos pueden ayudar de alguna forma en el desbroce de los barrancos», aseguró el regidor.
En relación a la Coveta, Soler explicó que ya se ha tratado el asunto con los vecinos y al igual que en el resto del municipio se están buscando las soluciones para acabar con este problema.
