Un informe publicado por la Comisión Europea sostiene que el cambio climático, que en la zona del Mediterráneo se percibe por el incremento de las temperaturas y en el descenso más si cabe de las precipitaciones, producirá un trasvase de turistas británicos a puntos del continente europeo con un calor más suave. Así, la investigación, firmada por los españoles Salvador Barrios y Juan Ibañez Rivas, pone en alerta a un sector primordial en la economía del litoral mediterráneo, con una incidencia elevada en la provincia de Alicante y, sobre todo, en el entorno de la ciudad de Benidorm. Y es que hasta la fecha, la playa de Levante ha sido un punto de atracción innegable para los turistas ingleses. Sin embargo, según el informe, la situación puede cambiar si el incremento de las temperaturas mantiene la pauta observada por los expertos en los últimos años.
La investigación publicada recientemente por la Comisión Europea, bajo el título «Turismo en sol en 2100: el cambio climático bajará los ingresos en las regiones mediterráneas», analiza el impacto potencial del cambio climático acerca de la demanda turística en los países de la Unión Europea y ofrece proyecciones sobre la adaptación climática en términos de duración de las vacaciones y la frecuencia a largo plazo, en concreto al año 2100. El análisis se basa en la valoración de las condiciones climáticas que combinan las estimaciones de coste de los alojamiento y de los viajes. El resultado de la investigación, según explican los propios autores, sugiere que el cambio climático «puede afectar al atractivo» de las regiones de la UE en relación a las «actividades turísticas».
Pero el estudio no se queda en augurar un cambio en las preferencias de los turistas británicos a la hora de elegir destino turístico, sino que los investigadores van más allá, estimando incluso la repercusión económica en los países más afectados, entre los que se encontrarían España y Bulgaria. «En algunas países, sobre todo en las regiones del Sur del Mediterráneo de la UE, la situación climatológica en el año 2100 podría suponer un descenso de los actuales ingresos por turismo de hasta un 0,45% del PIB al año», sostienen los expertos. En contra, esa caída de la economía en España relanzaría los ingresos de otros países, beneficiados por la subida de las temperaturas en la costa mediterránea. «Otras zonas de la UE, como las regiones del norte de Europa, se beneficiarían de las condiciones climáticas alteradas, aunque estas ganancias serían relativamente más modestas, alcanzando hasta un 0,32% del PIB sobre una base anual», continúan los autores del estudio, que apuestan por países del norte y centro de Europa, junto al entorno de los Balcanes, con playas como las de Estonia o Eslovaquia.
Con todo, el informe da un respiro al sector turístico nacional, en relación a la llegada de británicos, ya que los investigadores apuestan a que el éxodo será paulatino, con una primera fase en la que los turistas reducirán sus estancias y, sobre todo, huirán de los meses más cálidos de año, apostando por estaciones más benignas.
A día de hoy, los británicos son los turistas que más visitan España. La última encuesta de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur) refleja que 8,8 millones de visitantes procedentes de las Islas Británicas han llegado a España en los primeros siete meses de julio, lo que supone un 23% del total de visitantes y un incremento del 3,5% respecto al mismo periodo del pasado año. Este dato demuestra la importancia del turismo británico en España y los catastróficos efectos que supondría un cambio de tendencia en sus preferencias a la hora de elegir destino turístico.
