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Tres centros de enfermos mentales cerrados pese a esperas de años

Las instalaciones ubicadas en Alcoy, Elche y Sant Joan tienen capacidad para 246 enfermos - Bienestar Social está realizando un estudio de los recursos de la provincia para decidir qué hará con estas residencias

Tres centros de enfermos mentales cerrados pese a esperas de años

La provincia de Alicante tiene pendientes de poner en servicio 246 plazas para enfermos mentales distribuidas en tres centros que acumulan años de retraso, pese a que las listas de espera para acceder a recursos de estas características llegan a ser de hasta cinco años según fuentes sindicales próximas a Bienestar Social.

Dos de estas instalaciones pertenecen a la Conselleria de Bienestar Social. Una de ellas es el centro El Barranquet de Alcoy, con 40 plazas para residencia y 20 de centro de día. Su contrucción tendría que haber finalizado a mediados de 2011, pero los impagos de la conselleria al Ayuntamiento, que es el que adelantaba el dinero a la constructora, han paralizado las obras en numerosas ocasiones. En estos momentos, se está completando la urbanización del recinto.

La segunda de las instalaciones pendientes de abrir es el Centro Especializado de Enfermos Mentales (CEEM), con 40 plazas, y un centro de día con 20 plazas en la ciudad de Elche. Esta instalación está desde hace dos años construida y sin uso por falta de financiación, como confirma Noelia Aznar, directora de la asociación de familiares y personas con enfermedad mental de Elche, Asfeme.

La tercera de las instalaciones pendientes de abrir es el Centro de Rehabilitación Psicosocial, ubicada en Sant Joan y que pertenece a la Diputación Provincial. Hace dos años que estas dependencias están terminadas y cerradas y en ellas hay capacidad para 56 pacientes en residencia, 20 en centro de día y 50 en un Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS). En estos momentos, según apuntan desde la Conselleria de Bienestar Social, se están subsanando algunos fallos de la obra. Sin embargo, el anterior equipo de gobierno de la institución provincial, encabezado por Luisa Pastor, siempre había mostrado su intención de desprenderse de esta instalación y que fuera asumida por las consellerias de Bienestar Social y Sanidad.

Estas 246 plazas supondrían un respiro para centenares de familias en la provincia, que tienen que esperar años para conseguir acceder a un servicio público destinado a enfermos mentales. Las mayores carencias se dan en las plazas residenciales de larga estancia, ya que en estos momentos sólo hay dos centros en toda la provincia públicos, que cuentan con 70 plazas. Las demoras para acceder a una de estas dos residencias, según señalan fuentes sindicales próximas a la Conselleria, pueden llegar a ser de cinco años. También son escasas las plazas en los centros de día, teniendo en cuenta que sólo hay tres en toda la provincia, según se recoge en la página web de la Conselleria de Bienestar Social. A estas instalándose acuden enfermos mentales con gran deterioro de sus capacidades funcionales para desarrollar durante todo el día programas intensivos de recuperación funcional y actividades de ocupación del tiempo libre. En cuanto a los CRIS, hay seis en toda la provincia y su función está enfocada a la integración de la personas con enfermedad mental en su entorno.

Preguntada por cuál va a ser el futuro inmediato de estos centros, desde la Conselleria de Bienestar Social han señalado que en estos momentos se está trabajando «en elaborar un mapa de todos los recursos con los que cuenta la provincia para después decidir qué hacer». Y es que el departamento que dirige Mónica Oltra deberá plantearse si pone en marcha estos recursos a través de una gestión directa o continúa con el modelo denominado de gestión integral, heredado de la anterior conselleria y por el que se adjudica la gestión de los centros a una empresa o asociación.

Para Alfonso Rodríguez, presidente de la Asociación de Familiares y Enfermos Mentales de Alicante, Afema, esta segunda alternativa es la más viable «puesto que no hay dinero y las asociaciones tenemos sobrada experiencia en la gestión de este tipo de recursos». Rodríguez pide además que haya una reorganización del mapa de recursos de salud mental. «No creo que sea tan necesario que haya plazas residenciales, porque el objetivo es que las personas con enfermedad mental puedan integrarse en su entorno y para ello tiene que haber una red de recursos de carácter público, como los CRIS». Por contra, «sí sería necesario contar con un mayor número de plazas en residencias para mayores especializadas en problemas de salud mental, puesto que los pacientes van envejeciendo y necesitan recursos adecuados».

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