Sin servicios nocturnos de tranvía ni autobús interurbano durante los fines de semana; una situación que, en plena temporada alta, permanece enquistada mientras el Consell con competencias en ambos servicios sigue sin ponerle remedio y el Ayuntamiento sin forzar un acuerdo que ponga fin al conflicto. Lejos de ello, la administración autonómica echa balones fuera, culpando de la situación del tranvía al anterior gobierno del PP y achacando a un conflicto entre empresa y trabajadores el caso del bus interurbano.
La ciudad y la comarca afrontan así la segunda quincena de agosto sin este servicio, que miles de jóvenes venían utilizando cada fin de semana para no coger su coche. Ese fue, precisamente, el argumento esgrimido por el Consell el de la seguridad de los jóvenes para poner en marcha este año, como novedad, un nuevo servicio nocturno de tranvía entre Benidorm y Dénia. Sin embargo, mantiene sin resolver el conflicto en Alicante y comarca.
En el caso del TRAM, la huelga de los servicios nocturnos se arrastra desde Hogueras un fin de semana tras otro, en las líneas 1, 2 ,3 y 4 que conectan Alicante con las playas, El Campello, Benidorm y San Vicente. El paro, entre las 23.30 y las 4.30 horas, está convocado por el sindicato de maquinistas Semaf, que reivindica a Ferrocarrils de la Generalitat una redistribución de los turnos y de la carga de trabajo. Por su parte, FGV se escuda en que se trata de un conflicto «heredado» del anterior gobierno del PP, recordando que fue la anterior dirección la que optó por no solicitar servicios mínimos y suprimir directamente el servicio del Tramnochador. La última reunión de representantes de la administración autonómica con los trabajadores convocantes se produjo hace casi dos semanas, el 6 de agosto, tras la mediación del Ayuntamiento. «Le trasladamos a la consellera nuestra propuesta de turnos, que no conlleva ningún coste adicional», explica el portavoz de Semaf, José Javier Bleda, quien indica que, desde entonces, no han vuelto a contactar con ellos ni desde la conselleria ni desde FGV.
Desde Ferrocarrils, por su parte, sostienen que la huelga está convocada por un sindicato minoritario y aplazan a septiembre (fecha en la que otros años ya había finalizado el servicio del Tramnochador) la reunión con el colectivo de trabajadores del TRAM para abarcar «este y otros asuntos». Repreguntados sobre si, hasta entonces, no había posibilidad de un encuentro para buscar solución al conflicto, desde la dirección de FGV matizaron que están «abiertos al diálogo y no se da nada por cerrado». No obstante, agregaron que la nueva dirección «tiene muchos frentes abiertos», añadiendo que «está analizando todo» y que «por eso ha emplazado a los sindicatos en septiembre».
En el caso del autobús interurbano que presta La Alcoyana, a través de la concesión del Consell, la huelga afecta desde hace tres fines de semana a las líneas nocturnas 21, 23 y 24 (sólo funciona una de ellas durante viernes y sábado). Desde el comité de empresa reclaman una equiparación salarial y de condiciones con los trabajadores del servicio urbano, que depende del Ayuntamiento. Además, reclaman al Consell que el traspaso a la administración local de la línea 25 (Alicante-Villafranqueza) redunde en un refuerzo del servicio interurbano de las líneas 23 y 24. «Queremos que se haga cargo del compromiso del anterior gobierno», destaca el presidente del comité de empresa, Javier Ramírez. En este caso, la última reunión entre conselleria y trabajadores se produjo el miércoles pasado.
Desde la Alcoyana sostienen que el diálogo con el comité de empresa es «constante» y que esta semana volverán a reunirse para tratar de llegar a un acuerdo. Indican que han pedido formalmente una reunión a la conselleria, que no ha contestado. Desde el Consell se limitaron ayer a asegurar que la concesión se ha prorrogado hasta final de año y a remitirse a una nota de prensa en la que achacaban el conflicto a un problema entre trabajadores y empresa y esgrimían, de manera literal, que «esta conselleria no tiene responsabilidades en el conflicto», pese a tratarse de una de sus concesiones. El Ayuntamiento, por su parte, viene jugando un papel secundario.
