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A Pie de Calle

El Torreón de la Pólvora, en rojo

La torre del siglo XII, que formaba parte del sistema defensivo de la ciudad, alcanzará los cuatro metros de altura en una reconstrucción ya en marcha

Un vecino contempla la obra del torreón desde su casa. VÍCTOR MIRALLES

Apenas quedan unos pocos sillares del Torreón de la Pólvora, un baluarte del sistema defensivo del Alicante musulmán del siglo XII, puesto que fue uno de los lienzos de la muralla que protegía la ciudad, y en el que en época posterior la artillería almacenaba explosivos, de ahí su nombre. Sin embargo, después del verano, alicantinos y visitantes, podrán ver en su emplazamiento original, en la plaza del Puente, una reproducción del torreón en mármol rojo Alicante de cuatro metros de altura.

El material elegido para el proyecto, con el visto bueno de los arquitectos de la Dirección General de Patrimonio, creará un fuerte contraste con la piedra natural de la base del desaparecido baluarte, que es lo único que queda del original, y que se halló en las intervenciones arqueológicas que se llevaron a cabo hace casi diez años una vez que se demolió una casa que se había edificado encima.

«Se reconstruye parte del torreón hasta una altura, de acuerdo al estudio de la documentación. Se realizará un tratamiento distinto entre lo antiguo y lo nuevo, utilizando un material diferente, mármol rojo Alicante, para que se pueda distinguir perfectamente. Dará idea de la volumetría que tenía» explicó la arquitecto del Patronato Municipal de la Vivienda, entidad que realiza la actuación.

Para realizar esta reconstrucción, los técnicos se han basado en planos y grabados de 1751, que reflejan lo construido. Alcanzará los cuatro metros de alzada sobre la plaza del Puente, en el Casco Antiguo alicantino, aunque los restos de esta construcción que se modificó y mejoró en época cristiana, tienen más tres metros de profundidad. De paso, se reconstruirá un trozo de la antigua muralla que conectaba con la Puerta Ferrisa, hasta donde están los restos, y se verán los sillares desde la calle Maldonado.

En el marco de esta actuación, se están reparando las piedras desprendidas, y se están limpiando de elementos metálicos, como los clavos de la casa que estaba encima. El Torreón de la Pólvora se protegerá con una barandilla alrededor, que permitirá las visitas del público, y la medianera del edificio ante el que está ubicado se decorará con un revestimiento de madera para adecentar la zona.

Este proyecto ha sido supervisado por Cultura y por arquitectos especializados en reconstrucción de edificios. Además, ha tenido un seguimiento arqueológico, aseguró el arqueólogo Pablo Rosser.

El baluarte estuvo abandonado durante muchos años, con la valla de protección rota y lleno de arbustos. Los vecinos del entorno están satisfechos con las mejoras, aunque a algunos les vaya a quedar muy cerca de sus ventanas y los bares tengan menos negocio a causa de las obras. En la Botiga del Pont, un establecimiento situado en la plaza del Puente, propietario y clientes confiesan estar contentos porque se está rehabilitando la zona y atraerá más turismo, a un enclave donde todos los sábados del verano se celebra a las 21.30 horas un concierto gratuito.

Esta actuación forma parte de la puesta en valor de esta parte del Casco Antiguo, y se completará con el derribo inminente del antiguo colegio San Roque, y el acondicionamiento de la calle Balseta, desde el centro escolar demolido hasta el acceso por la calle Villavieja, donde se sitúa el nuevo colegio. Ese espacio se asfaltará y señalizara de forma provisional como aparcamiento. En este lugar está proyectado un parking en superficie.

Se trata de una intervención de dos meses de duración que se acerca ya a la mitad, y que incluirá como mejora una intervención en el talud de la calle Álvarez. El coste asciende a 555.000 euros.

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