La concejala alicantina de Juventud y Protección Animal, Marisol Moreno, cerró ayer temporalmente sus cuentas en las redes sociales para tratar de que escampe la tormenta en la que se está viendo envuelta. La edil reconoce que está «harta» de recibir insultos «muy bestias» y admite que ha cerrado su Facebook para «no seguir poniéndome de mala leche», puesto que desde que se conocieron los comentarios que el año pasado vertió en redes sociales contra instituciones políticas y colectivos las reacciones han sido múltiples. En ellos, la ahora edil de Guanyar y entonces activista en defensa de los animales, animaba a través de su Facebook a asesinar políticos y a tirar bombas en una plaza de toros donde se indignó por el comentario de una pancarta.

Al tiempo que reconoce que sus comentarios son «desafortunados» y asegura que no los volvería a reproducir, arremete contra quienes han hurgado en su cuenta buscando entre sus comentarios. Sobre todo, puntualiza Moreno, cuando se trata de una cuenta «estrictamente personal» a la que únicamente tienen accesos amigos. Afirma que desconocía tenerla vinculada a la red social de microtextos Twitter, por lo que todo lo que publicaba en Facebook se enlazaba con la red social del pájaro azul. «Nunca he usado Twitter, pero lo tengo ligado y lo que pones en Face sale allí. Soy muy activa en redes sociales. Y las he cerrado porque es un acoso por las redes sociales brutal», añade. Apunta que cada vez que la etiquetan ve los comentarios que se realizan sobre ella. lo que ha motivado que «lo haya cerrado para no seguir viéndolo, pero lo volveré a abrir», afirma.

«Muy apasionada»

La concejal alicantina que en las redes sociales adopta el nombre de Marisol La Roja reconoce que sus comentarios «son salidas de tono y no están dichas a la persona. Salieron en un momento de enfado por un hecho concreto» y añade que «lo dije en mi época activista y he de reconocer que soy muy apasionada y ahora es muy fácil sacar las cosas de contexto».

Moreno afirma sentirse respaldada por el alcalde, Gabriel Echávarri, quien da por zanjada la polémica. De él la regidora afirma que «ha sido genial, muy majo, me llamó para ver qué tal estaba. También ha visto cosas en Twitter contra mí. He recibido también mucho apoyo de Pavón».

Justifica que la polémica nunca habría existido «si no fuera política. Y todo está sacado cuando era activista, que hacía lo que ellos hacen, gritar, chillar. Esas cosas no las diría ahora», afirma.

El grupo popular sigue insistiendo que la edil debe dejar su puesto de concejal «por estar completamente desacreditada» por sus ataques «con gran violencia verbal y odio contra personas, colectivos e instituciones». Y le exigen al primer edil que la aparte de sus funciones. Añaden que mantenerla demuestra «la debilidad del tripartito».