El alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, ha declarado esta mañana que «si no hubiera sido por el empecinamiento del PP de hacer negocios más allá de la llegada de la tienda» de Ikea a la ciudad, la multinacional sueca hace ya seis años que estaría implantada y en funcionamiento en la zona del PAU II, con los miles de empleos que ahora denuncian los populares que se perderán al entender que las medidas tanto del Consell como del gobierno local amenazan la llegada de Ikea a Alicante.

Para los populares, tanto el anuncio de paralización de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) por parte del gobierno autonómico para su estudio en profundidad como la decisión del Ayuntamiento de desistir como parte codemandada en una denuncia de un particular contra el ATE, suponen un riesgo para que Ikea no llegue a la ciudad, con la consiguiente pérdida de la oportunidad de crear miles de empleos, ha declarado esta mañana el portavoz adjunto del PP, Carlos Castillo.

«Que ahora digan que ponemos en riesgo empleos... los empleos se han perdido cuando les metieron -el PP- en la cabeza -a Ikea- ir a un sitio donde ellos no querían ir», ha contestado el alcalde.

Sobre Carlos Castillo, ha manifestado: «Lo que debería hacer es explicar por qué optó -al personar al consistorio en la citada causa judicial- por defender los intereses de la empresa promotora -Alicante Avanza- y no los de los comerciantes de la ciudad», ya que el popular era en aquella época jefe de la asesoría jurídica del Ayuntamiento.

Cuestionado sobre la opción anunciada por su compañero de gobierno y edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, de plantear los terrenos de Mercalicante o Las Atalayas como opciones alternativas a Rabasa, el alcalde se ha limitado a decir que van a escuchar lo que quieren los empresarios suecos, en la reunión fijada para el día 17. El PP ha solicitado poder asistir así como los comerciantes. El portavoz del tripartito, Natxo Bellido, ha dicho que la petición del comercio se valorará, aunque Echávarri no está por la labor.

Lo único claro es que Ikea «tiene un objetivo estratégico desde hace mucho tiempo y es instalarse en Alicante», ha agregado Echávarri.

«En esta ciudad se han movido muchos papeles, siempre a favor de que no se implantara una actuación que iba a arrasar el comercio y que no quería ningún alicantino más que los que hacían un negocio mucho más que oscuro allí», ha incidido. Ha recordado que paralizar o retirar la tramitación de la ATE es una opción que solo puede tomarse desde la Generalitat, ya que es «un instrumento autonómico»