En el momento en que se produce una catástrofe o una emergencia y los sistemas de comunicación fallan, el trabajo voluntario de casi 200 radioaficionados en la provincia, coordinados por Protección Civil, permitiría a los servicios de emergencia cumplir sus trabajo y actuar de inmediato. Precisamente fue la red de radioaficionados la primera que pudo establecer comunicaciones en la catástrofe del terremoto de Lorca, donde durante las primeras horas otro tipo de sistemas no funcionaban.

La jornada Remer (Red Radio de Emergencia), organizada por la Subdelegación del Gobierno, reunió ayer en las instalaciones del Marq a los radioaficionados que componen esta red en un encuentro que contó con la presencia de la Unidad Militar de Emergencia (UME).

A lo largo de toda la mañana los miembros de la Remer y la UME compartieron experiencias y conocimientos y los asistentes pudieron además observar de primera mano los medios militares de comunicación en una visita guiada por los dispositivos que se despliegan en el momento en que se produce una catástrofe.

«Se trata de un trabajo muy meritorio porque son voluntarios, y existe un perfecta coordinación, que está estructurada bajo Subdelegación», explicó el subdelegado del gobierno, Alberto Martínez Díaz, quien especificó que estos radioaficionados cuentan con una formación y una licencia autorizada que les habilita como miembros de la red.

«Tenemos una preparación especial. Podemos establecer comunicación en cualquier punto de España con un cable, nuestros equipos y la batería de un coche», apuntó uno de los miembros de la Remer.

Los miembros de esta red de radioaficionados comprueban el estado de sus comunicaciones dos veces por semana desde sus viviendas y dos veces al año realizan simulacros para conocer su respuesta ante un posible desastre como puede ser un incendio, una riada o un terremoto. «Disponemos de una red autónoma que nos permite comunicarnos con cualquier persona en cualquier parte del mundo», destacó otro de los componentes de la Remer.