La Universidad de Alicante es la tercera del país que regula el derecho de los estudiantes a hacer huelga, junto a las de Sevilla y el País Vasco, y se sitúa ya en la avanzadilla porque el derecho del alumno en el caso de la UA prevalece sobre la potestad del docente, de forma que no podrán ponerse exámenes ese día y las faltas no computarán.

Tanto para la vicerrectora de Estudiantes, Nuria Grané, como para el presidente del Consejo de Estudiantes, David Morcillo, el primer Estatuto de los Estudiantes de la UA que incluye este derecho al paro académico y que ayer aprobó el Consejo de Gobierno, «tiene en cuenta tanto al que quiere hacer huelga como al que quiere dar clase». Porque clase habrá y se sobreentiende que las barricadas que hasta ahora plagaban los accesos al campus pasaran a la historia, pero a cambio ni podrán hacerse evaluaciones ni poner falta, cuando en el País Vasco la potestad del examen es del docente.

Morcillo apunta que, además, en Sevilla resulta «muy engorroso convocar huelga, porque hace falta el respaldo expreso de un 5% del alumnado, un millar entre 20.000 por ejemplo, dato que complica mucho llevarlo a la práctica».

Posibilidades

La convocatoria de paro estudiantil en la UA contempla dos fórmulas en función de la celeridad que se necesite: se podrá convocar por parte del Consejo de Estudiantes con el voto a favor de dos tercios de la asamblea, que integra a todas las delegaciones de alumnos (119 en total); o bien por la Permanente de dicho Consejo -10 miembros incluido el presidente-. Eso si se trata de un paro general en la UA, pero también puede hacer huelga una facultad, en cuyo caso se necesita el apoyo de la mayoría del resto de delegaciones, más de tres por tanto porque hay siete centros: Económicas, Politécnica, Letras, Ciencias, Ciencias de la Salud, Derecho y Educación.

«Hasta ahora era un caos. Como no estaba controlado, ciertos colectivos bloqueaban la universidad cerrando las puertas. Ahora se garantiza que el que quiera pueda entrar en clase, no habrá esa inseguridad, y el que no lo haga deberá recuperar esa materia como cuando se falta por estar enfermo, pero no puede haber examen». Morcillo explica que, como en su caso, muchos otros alumnos que no viven en Alicante se planteaban acudir o no a clase en caso de huelga porque era muy fastidioso desplazarse y encontrarse la puerta cerrada.

«Es un documento factible y viable. Se han evitado los extremos y se ha votado por unanimidad», sostienen el presidente del alumnado. Para la vicerrectora Grané también se trata de un documento «bastante sensato», que se ha hecho «con cordura».

La principal limitación consiste en que ningún paro académico convocado por estudiantes en la UA podrá durar más de un día y, para convocar el siguiente, habrá que esperar al menos seis meses, de forma que en un curso como mucho habrá dos huelgas.

El mismo Estatuto incluye derechos específicos para alumnos discapacitados, por igualdad de género, víctimas de violencia, deportistas de élite, con embarazo o que necesitan compatibilizar estudios y trabajo. El Rectorado está elaborando un protocolo para que tengan currículos adaptados.