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Recursos hídricos

Pantanos bajo mínimos

Los embalses de la provincia afrontan el verano con las reservas más bajas de los últimos 15 años debido a la prolongada sequía que se viene arrastrando desde el ejercicio pasado

Los embalses de la provincia afrontan el verano con las reservas más bajas en un mes de junio de los últimos 15 años. La prolongada sequía que se viene arrastrando desde el ejercicio pasado ha dejado el pantano de Amadorio técnicamente seco, mientras que Guadalest se encuentra al 23% de su capacidad y Beniarrés al 29%. Esta carestía de recursos hídricos ya ha tenido sus consecuencias, toda vez que la Mancomunidad de Canales de Taibilla está inyectando agua a las redes de Benidorm, Finestrat y La Vila para evitar cortes de suministro en plena temporada turística.

La sequía sigue haciendo estragos en la provincia. Pese a que las lluvias han sido más significativas en esta primera mitad del año, no han servido para compensar la racanería pluviométrica de todo el 2014. Las consecuencias más evidentes se han puesto de manifiesto en los pantanos que se alimentan de los ríos.

Así, el embalse de Amadorio, entre los términos municipales de La Vila y Orxeta, se encuentra técnicamente seco, con sólo 0,34 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone un pírrico 2% de su capacidad. Se trata de uno de los peores registros de este pantano en un mes de junio en toda su historia, sólo superado por los de 1979, 1978, 1969 y 1984, año éste último en que llegó a contener sólo 0,1 hectómetros cúbicos.

En lo que respecta al pantano de Guadalest, en estos momentos se sitúa con 3 hectómetros al 23% de su capacidad. Para encontrar una cifra peor en este mismo mes de junio hay que remontarse a 2001, cuando el embalse se encontraba al 8%. En este caso, y haciendo referencia al histórico, hubo 18 años en que se obtuvieron registros menores que el actual. El más bajo corresponde a 1969, cuando sólo tenía 1,1 hectómetros.

Por último, hay que hacer referencia al pantano de Beniarrés, que en estos momentos se encuentra al 29% de su capacidad con 7,8 hectómetros. Se trata del nivel más bajo en este mismo mes desde 1996, precisamente cuando el embalse registró el peor momento con sólo 0,2 hectómetros cúbicos. Al igual que sucede con Guadalest, el pantano de Beniarrés también ha tenido registros peores al actual 18 años.

Esta carestía de recursos hídricos ya está teniendo sus consecuencias en el caso del Amadorio y Guadalest, embalses éstos destinados al abastecimiento urbano. La Mancomunidad de Canales del Taibilla está inyectando agua desde el mes de mayo pasado a Benidorm, Finestrat y La Vila, a través de la conducción Rabasa-Fenollar. El objetivo es evitar cortes en el suministro en estos tres municipios de la Marina Baixa, que justo ahora empiezan el momento cumbre de la temporada turística.

El caudal se está inyectando directamente a través de la red de agua potable, y sólo si la oferta supera la demanda, el agua pasaría primero por el embalse de Amadorio.

Regantes

La situación también delicada del pantano de Beniarrés no tendrá consecuencias tan reseñables, toda vez que la finalidad de este embalse pasa por regular las crecidas del río Serpis y suministrar agua de riego, principalmente a los agricultores de la comarca valenciana de la Safor.

En principio, y según la información facilitada a este diario desde la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), no se prevén restricciones, aunque todo dependerá de la posibilidad que se registren precipitaciones en los próximos meses.

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