Que la tarde-noche del domingo el niño diga que está malo, que le duele la barriga y llegue incluso a vomitar, debe poner en alerta a la familia porque estos síntomas pueden evidenciar un caso de maltrato en la escuela. Es precisamente lo que narraba la familia de la menor que se sintió vejada en Los Salesianos de Alicante y que ha acabado por cambiar de colegio. «Son trastornos que muestran que algo pasa y hay que estar atentos porque los niños maltratados tienden a callar por su baja autoestima», explica el técnico en mediación Francisco Sorolla. «La sociedad debería situar en la misma línea la violencia de género y el acoso escolar y percibir que un niño no tienen ningún recurso para escapar. Los que se sienten acosados se encierran en su habitación y cuando hay también ciberbullying en las redes sociales rechazan el ordenador». V. B.
