Alrededor de 250.000 personas utilizan al año el elevador del Castillo, que se cambió hace cuatro años, sustituyéndose la antigua maquinaria por otra moderna, de fabricación alemana. Además de cambiar los ascensores, en esa misma actuación se resolvieron los problemas estéticos que había en las superficies del túnel de acceso a los ascensores debido a las condiciones ambientales de humedad; se mejoró la accesibilidad para personas con movilidad reducida, y se proyectó una imagen renovada y actual del acceso al Castillo por el túnel para ofrecer una mejor imagen al turismo.