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Madres con hasta 40 hijos

Mari Torregrosa y Alicia Sirvent acogen en sus casas a niños en situación de desamparo y bajo tutela temporal de la Generalitat

Ambas se sienten madres de todos los menores que han cuidado y sus familias se implican en este proceso. pilar cortés

Mari Torregrosa y Alicia Sirvent suman entre las dos 71 hijos. No es que estas dos vecinas de Alicante hayan batido algún récord de traer niños al mundo. Son madres de acogida de menores que están bajo tutela de la administración y sienten como hijos propios a todos los pequeños que han pasado por sus casas a lo largo de estos años.

Por la de Torregrosa han sido 40 en los últimos 13 años, a los que se suman dos hijos biológicos de 20 y 13 años y otro menor de 7 en acogida permanente. La experiencia, a su juicio, no puede ser más positiva. «Es increíble ver cómo llegan los niños y cómo se van, el cambio para ellos es abismal y tú te realizas como mujer, como madre y como persona». Familias como la suya se encargan de acoger de urgencia aquellos menores que quedan en situación de desamparo por algún conflicto familiar o por abandono y cuya tutela recae temporalmente en la Generalitat. «Estos niños están con nosotros hasta que se resuelve el problema con la familia o hasta que son dados en adopción a otros padres». Durante los meses o años que puede durar esta situación Mari se convierte en su madre «para lo bueno y para lo malo». Y el momento en el que se marchan por la puerta, sin duda el más duro. «Cuesta mucho despedirse, nunca te acostumbras, pero te queda la satisfacción de ver cómo llegaron y cómo se marchan de cambiados». Y es que a la casa de esta familia han llegado menores infectados de VIH, con problemas de movilidad e incluso menores «al borde de la desnutrición». Niños que con 3 y 4 años «ya soportan mochilas enorme, no han tenido en muchos casos ni educación ni normas. Nosotros aportamos para que estos niños puedan ser adoptados finalmente por otra familia».

De los 40 conserva fotos y recuerdos y con los padres de muchos de ellos mantiene el contacto. «Cuando los niños se van a la familia le entrego una bolsa con ropa, fotos, juguetes... y mi correo electrónico por si quieren enviarme de vez en cuando unas líneas y una foto contándome cómo van, aunque eso es algo que depende de cada familia».

Visitas

Alicia Sirvent lleva nueve años acogiendo a menores en situación de desamparo y por su casa han pasado ya 28 niños. También ella se siente madre de todos ellos. «No puede ser de otra manera. Cuando llegan a casa nuestro papel es el de ser su familia al cien por cien, no unos cuidadores o familiares por un tiempo». Sin embargo, con todos los menores que cuidan «trabajamos mostrándoles que tienen otra familia, les llevamos a las visitas, les enseñamos fotos de sus padres....».

En su caso no tiene hijos biológicos y sostiene que al principio «en nuestro entorno costó entender esta decisión, aunque ahora está todo el mundo encantado y muy implicado». También para Sirvent la despedida es el momento más duro, «no tanto por ti, porque te has preparado psicológicamente, si no por lo que pueden sentir los pequeños». También de todos ellos guarda recuerdos y procura mantener cierto contacto. «La opción siempre la tiene la familia, pero creo que es importante para que el niño conozca su propia historia. Es una pena que si alguien te ha querido, se pierda ese contacto de forma innecesaria».

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