El Ayuntamiento de Alicante instalará cámaras en los principales carriles bus de la ciudad para captar las matrículas de los coches que los utilicen y proceder a multarles, con sanciones que pueden ir de los 90 a los 200 euros la mitad con el pago anticipado dependiendo de si han sido cazados circulando o estacionados. Los dispositivos se pondrán en cascada a lo largo de los dos principales carriles bus de la ciudad, el de Federico Soto y la Rambla, y comenzarán a funcionar en junio.
A lo largo de todo el recorrido las cámaras controlarán el paso vehículos las 24 horas, captando las matrículas de los coches particulares que los utilicen. Las imagenes se remitirán a la Policía Local para que proceda a imponer la preceptiva sanción al conductor.
Los contratos para instalar las cámaras, así como para el sistema informático que permitirá gestionar las imágenes de las matrículas para sancionar a los conductores, ya se han adjudicado por 168.250 euros a Aceinsa Movilidad, que dispone de un plazo de 38 días naturales para ejecutar el proyecto. De ahí que, según indican desde la Concejalía de Tráfico, la previsión es que las cámaras estén a pleno funcionamiento en junio. No obstante, desde el área indican que se establecerá un periodo de prueba antes de comenzar con las sanciones.
El concejal de Tráfico y Transportes, Juan Seva, sostiene que la medida se contemplaba dentro del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) del Ayuntamiento de Alicante y pretende «mejorar la velocidad comercial del transporte público en la ciudad, para fomentar su uso y reducir el tiempo de recorrido de las líneas». Para el edil se trata de «un buen sistema» para despejar los carriles bus y que el transporte público «pueda mejorar sus frecuencias y se beneficie así a los usuarios».
En este momento, los agentes de la Policía Local ya persiguen este tipo de infracciones con el «multacar» del que disponen, pero con las cámaras habrá un control continuo durante las 24 horas. Desde Tráfico confían en que esta vigilancia tenga un efecto disuasorio tanto para los coches como para las motos. Ambos vehículos tienen actualmente prohibido utilizar los carriles reservados para el transporte público, como indica Seva, quien no obstante se muestra partidario de valorar la posibilidad «de que las motos puedan utilizarlos como ocurre, por ejemplo, en Madrid».
Desde Tráfico indican que las cámaras, con captación de imágenes panorámicas, se instalarán en postes a lo largo de los carriles bus de Federico Soto y la Rambla por ser los que más problemas presentan. Destacan que son muchos los vehículos particulares que los utilizan y que, incluso, estacionan en ellos, obstaculizando y ralentizando el paso de los autobuses.
Las cámaras, con un sistema de reconocimiento óptico de matrículas, remitirá las imágenes de los vehículos particulares que circulen por el carril bus y la hora al departamento de Tráfico y Transportes, donde la Policía Local tramitará las sanciones. El sistema es similar al de las cámaras que se instalaron hace unos años en los accesos al Casco Antiguo.
