Y al final el vaso de la paciencia se desbordó. Los regantes de la provincia dejaron ayer plantada a la ministra de Agricultura, Isabel García-Tejerina, que a última hora del pasado viernes, y tras meses de ninguneo y promesas incumplidas, les había citado a una reunión en Madrid para la firma de un protocolo en el que se establecieran las condiciones del nuevo Júcar-Vinalopó. Un trasvase en el que ya no figura la toma del agua de Cortes de Pallás y en el que debe establecerse el envío mixto de agua para regar arbolado desde el Azud de la Marquesa y un caudal de 12 hm3 desde el pantano de Alarcón para el abastecimiento de l´Alacantí vía Canales del Taibilla.

La falta de fechas para la ejecución de un trasvase que debía haber estado cerrado y operativo en enero y la defenestración de la toma de Cortes han dejado herida de muerte una inversión de 400 millones de euros y, lo que es peor, bajo mínimos la moral de los agricultores que sólo tienen agua para riego hasta el mes de junio.

En la Junta Central consideraron ayer una tomadura de pelo el nuevo movimiento de los rectores del Ministerio de Agricultura y optaron por no acudir a Madrid para hacerse una foto que, por otro lado, a estas alturas de la legislatura no sirve para nada, como ahora se ha demostrado la que se hizo el presidente Rajoy con los firmantes del memorándum del Tajo. Alicante continúa sin tener garantizado el suministro hídrico, con dos desaladoras paradas -Mutxamel y Torreviejaa- y con la Mancomunidad de Canales del Taibilla pensando en una tercera ampliación de la planta de Alicante.

Por otro lado, Luis Alted, pionero impulsor del proyecto es desde ayer presidente de honor de la Junta Central de Usuarios.