Los alumnos sordos reivindican su derecho a tener recursos que faciliten su aprendizaje de idiomas extranjeros dado que el nivel B-1 ya es obligatorio para obtener el graduado universitario. «No es lógico que nos exijan determinadas competencias, como tampoco que, por no cumplirlas, nuestra titulación carezca del mismo valor que la del resto», se quejan los propios alumnos.

En la Universidad de Alicante hay una veintena de estudiantes con dificultades acústicas. Según un estudio de Universia, solo 42 de las 76 universidades españolas disponen de intérprete. Tras el primer seminario nacional organizado en Alicante los asistentes exigen «intérpretes de lengua de signos para poder seguir las clases». «Al no considerarse formación reglada, no se obliga a los centros a ofrecer este recurso» señala Pilar Escabias, profesora del Centro Superior de Idiomas de la UA.

Carolina Galiana, vicepresidenta de la federación de sordos en la Comunidad y miembro del claustro de estudiantes de la UA añade que «necesitamos contar con una educación bilingüe que incluya la lengua de signos durante la etapa del colegio, bachillerato y ciclos formativos. Sin una escuela verdaderamente inclusiva para las personas sordas, difícilmente mejorarán».