La activista medioambiental Josefina Fraile fragua su experiencia profesional en el marco de organismos internacionales dentro de la investigación en ciencias sociales y el desarrollo rural. Cabeza de lista de los verdes al Parlamento Europeo en 2004 , en la actualidad es presidenta de la Asociación Terra SOS-tenible y promotora de las plataformas cívicas Guardacielos ( www.guardacielos.org) y Skyguards, que se oponen a las fumigaciones clandestinas aéreas del cielo. Ofreció ayer en Alicante la conferencia «Manipulación climática, medio ambiente y salud pública».
¿Se puede modificar de forma artificial el clima?
Este tema a la mayoría de los mortales nos suena a ciencia ficción pero no por ello es menos cierto. Existe una historia documentada de manipulación climática para fines militares y civiles desde hace más de 60 años. A esta técnica se la conoce con el nombre de geoingeniería o ingeniería climática. Y mientras en España estamos perdiendo el tiempo en debates inútiles sobre si esto existe o no existe, en otros lugares se está decidiendo quién debe tomar las decisiones de manipular el clima e imponerlas a una sociedad a la que deliberadamente se le han ocultado los hechos para que no pueda organizarse y poner fin a esta locura.
¿Quién puede estar interesado en hacerlo?
El presidente Eisenhower ya dijo en 1954 que el primer país que controlara el clima, controlaría el mundo. Y desde luego Estados Unidos se lo tomó muy en serio para ser ese primer país, tanto desde el punto de vista militar como en su versión de aplicaciones civiles. Las motivaciones por lo tanto son de carácter militar y económico. En otras palabras, las razones son las más viejas del mundo, poder y codicia.
¿Qué implica esta manipulación del clima?
Manipular el clima para su control exige la capacidad tecnológica para generar nieblas, nubes, lluvia, diluvios y tormentas, así como la eliminación de las mismas, pudiendo inducir sequías prolongadas que destruyen los recursos hídricos de un país condenándolo a la muerte por hambruna. Estas tecnologías fueron aplicadas en la Guerra de Vietnam por Estados Unidos y, debido a su poder devastador, fueron prohibidas para usos bélicos u hostiles en 1977 por el Convenio de Ginebra a instancias de la Unión Soviética. En España decimos que quien hizo la ley hizo la trampa. Se prohíbe el uso de estas armas para fines bélicos pero no para fines civiles. Por lo que para desarrollar y perfeccionar esta arma se le ha buscado un uso civil como sería el de paliar el cambio climático. Pero esto no deja de ser un mero disfraz. Sigue siendo un arma tan destructiva como la bomba atómica.
¿Se ha producido en la provincia de Alicante o en la Comunidad Valenciana esta modificación?
España fue uno de los primeros países experimentales en operaciones de manipulación climática desde 1979. En un principio se eligió la zona de Castilla y León pero después se ampliaron las actividades a Castilla la Mancha y a todo el Levante. Si ponemos las cosas en perspectiva y atamos cabos, llegamos a la conclusión de que los 14 años de sequía que sufre el Levante no son fruto de los caprichos de la naturaleza. Tenemos pruebas de cómo se rompen los frentes lluviosos en el atlántico y de cómo se deshacen las nubes antes de llegar a la península.
¿La pertinaz sequía en la provincia se debe entonces a que se está manipulando el clima?
Lo que quiero decir es que si, como estamos comprobando, los frentes lluviosos los rompen en el Atlántico deshaciendo las nubes, la sequía de todo el Levante no parece casual. En otras palabras, podría bien ser consecuencia de los programas de manipulación climática deliberada.
¿En el pasado o actualmente se han empleado técnicas como avionetas o cohetes para disolver tormentas en la provincia de Alicante para evitar daños en cultivos? Esta es una cuestión que han denunciado colectivos ecologistas y partidos políticos en Alicante.
Efectivamente, esta es una práctica muy extendida en varias comunidades autónomas desde hace más de 35 años, conocida como programas antigranizo promovidos desde las instituciones públicas y seguros agrarios, en los que se estarían utilizando yoduro de plata para deshacer las nubes. Estos programas no dejan de ser el primer eslabón de la manipulación climática deliberada con fines económicos mediante la dispersión de sustancias químicas nocivas en la atmósfera, cuya acumulación en el suelo forzosamente tiene efectos indeseables. Y es justamente el uso de estas prácticas el que ha abierto la puerta a formas más agresivas de manipulación tanto del tiempo atmosférico de una región determinada como del clima en general.
¿Dónde está el límite entre el uso de estas tecnologías con fines económicos y el uso del clima como arma?
Es obvio que eliminar las masas nubosas en una zona para evitar que el granizo afecte sus cultivos tiene efectos adversos en zonas contiguas detrayendo el agua que otros necesitan para sus campos. Por ejemplo, los programas antigranizo en Aragón han tenido efectos nefastos en las tierras de Soria, donde agricultores venían denunciando que avionetas les robaban las nubes desde 1980. Este tipo de prácticas tarde o temprano terminará afectando al existente orden político porque los intereses de una región chocan con los de otras regiones. Durante 35 años la connivencia institucional ha ocultado estos hechos pero ahora que están saliendo a la luz, los responsables de cada autonomía deberán posicionarse claramente para bien o para mal. Y nosotros debemos exigirles que lo hagan poniendo fin a estas prácticas delictivas.
