Rafael Araujo, vocal de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) desde el 97; experto en la gestión y dirección de centros desde Educación Infantil a Bachillerato; y miembro de las diferentes juntas directivas de CECE-Alicante desde hace 25 años, asume ahora la presidencia de la patronal provincial.
¿Cuál es su principal objetivo al frente de la patronal de enseñanza concertada?
Nuestro objetivo sigue siendo defender la enseñanza concertada, promocionando el respeto a los centros, la libertad enseñanza y la libre elección de los padres. En el mismo tablero deben estar la educación pública, la concertada y la privada. Sin apoyo público, respeto a la concertada y ayuda privada, es difícil mantener el tablero. Hay que buscar el consenso, soy partidario del intercambio de experiencias.
¿Algún reto en particular?
El reto está en el concierto para los niños de 0 a 3 años, una etapa fundamental para conciliar la vida familiar y laboral. Y mejorar la calidad de la enseñanza, que no se va a alcanzar nunca.
¿Y el bono infantil general?
Es una ayuda pero no resuelve la situación. La atención que necesita un niño 0 a 3 años es mucho mayor que en otros niveles por su falta de independencia, y eso se traduce en un coste.
¿Cuál es la situación actual de la enseñanza concertada?
Le avala un elemento diferenciador. Como la pública, tiene grandísimos profesionales, un reconocimiento y apoyo, pero le diferencia la generosidad de quienes la componen. El tiempo de más que se dedican a labores altruistas es un elemento que nos marca.
Existe preocupación por la pérdida de alumnos en el comedor desde la crisis?
La preocupación existe siempre, pero por tradición esperamos cubrir la oferta rondando el lleno y respetando la ratio. La administración ha empezado con las becas, demandadas hace tiempo, lo que corregirá en gran medida esa carencia. Y los últimos resultados publicados por la conselleria nos satisfacen plenamente porque de los 30 mejores centros, 28 son de la concertada y nos avala de cara a los padres.
¿Qué opina de la paralización de la jornada continua?
Nos ha favorecido que no sea continua. La partida distribuye mucho mejor el rendimiento al cabo del día y luchamos contra una generación de niños llave.
