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Cómo se detecta una mentira

Levantar los hombros con indiferencia mientras se afirma y decir que sí negando con la cabeza revelan engaño

Juan Ángel Anta, del grupo Detecta, de servicios criminológicos, con sede en Vizcaya. CAROLINA ESCALANTE

Lo que decimos revela el 10% de nosotros; cómo lo decimos, un 38%; y qué hacemos cuando lo decimos, el 52% restante. A todo el conjunto se le llama comunicación verbocorporal y para un experto en detección de engaño como Juan Ángel Anta, del grupo Detecta, los gestos aportan la información más fidedigna y revelan cuándo miente alguien por incongruencia emocional o deslices corporales. A simple vista, este criminólogo lo detectaría cuando una persona levanta los hombros con indiferencia mientras verbalmente dice que sí, «eso indica un engaño claro». O cuando alguien dice que sí a algo mientras mueve la cabeza en sentido negativo. También al contrario. «Por ejemplo, cuando alguien asegura que no estuvo en un sitio, pero dice sí con la cabeza sin darse cuenta. Es muy revelador. Son gestos más o menos universales y el 85% de las veces que ocurren indican engaño», afirma Anta, que desarrolla su labor en el País Vasco, y que participó ayer en el Club INFORMACIÓN en las III Jornadas Nacionales de Perfilación Criminológica.

Servicios como los que ofrece Detecta son cada vez más utilizados en España y sus expertos han sido requeridos para cursos de formación por cuerpos de policías autonómicos y locales, abogados, psicólogos o mediadores judiciales, aunque aún se resisten la Guardia Civil y la Policía Nacional. Todavía, explica, estamos a años luz de la utilización que se hace en Estados Unidos de este perfil de criminólogos para ayudar en las investigaciones, pero ya hay jueces en España que les han pedido peritajes, por ejemplo, en careos.

«Cuando es la palabra de una persona contra otra y no hay pruebas, pueden llegar a basar su dictamen en la comunicación verbocorporal. Hay sentencias que recogen que hay que tener en cuenta la comunicación no verbal, porque da herramientas a magistrados y abogados durante las declaraciones y entrevistas para conocer mejor a los testigos, las víctimas o los sospechosos. Incluso es útil a los policías que intervienen en una denuncia sobre violencia de género para que el patrullero pueda identificar qué pasa cuando llega a un domicilio y ve a la mujer triste y cerca de una ventana, como si quisiera saltar». Expertos como Anta han impartido también cursos a empresas y a inmobiliarias para que los agentes sepan detectar e identificar las emociones en la cara del cliente, y hasta en centros de menores, «para que los educadores logren identificar los gestos de miedo o agresividad, y saber qué emociones trabajar con ellos».

Se trata de un perfil de criminólogo que ha sido requerido en casos de terrorismo, aunque los patrones no son exactos. «Se necesita el recorrido del análisis verbocorporal, que pasa por observar, analizar y detectar, la expresión facial, la expresión corporal y la expresión verbal». Y no se puede decir, afirma Anta, que un género es más mentiroso que otro, ni que un país engaña más que los demás. «Las emociones son iguales para todos pero los indicios corporales no. Tiene que ver la cultura, los árabes miran hacia abajo no porque mientan sino por respeto, y los chinos o japoneses tampoco miran a los ojos porque significa osadía o reto. Sin embargo, aquí pensaríamos que la persona oculta algo».

El engaño sí es común en los políticos, afirma. «Mienten en general, y se les nota porque son incongruentes. Hablan hacia un lado y miran a otro, marcan distancia emocional porque ocultan cosas. Hay que intentar vislumbrar cuándo dicen la verdad. Para ellos eso es manipulación y ocultación, para nosotros es mentir». Entre los líderes actuales, sólo encuentra un buen nivel de comunicación armónica en Alberto Garzón, de IU.

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