En la profesión médica los sueldos de hombres y mujeres están equiparados por ley, así que las trabas las encuentran en la conciliación. «Ahí no tenemos ventaja, y es complicado organizar el trabajo, la familia y cualquier otra actividad, porque las mujeres tenemos más cargas que los hombres. Ahí se podría mejorar la situación en cuanto a horarios o guardias», afirma Isabel Prieto, médico en el centro de salud de San Blas y madre de cuatro hijos.