A los nubarrones que se ciernen sobre la FP dual en nuestro territorio, se suman las nuevas exigencias que provienen de Alemania, país proclive hasta el momento a aceptar a nuestros estudiantes de formación profesional en sus empresas con un nivel básico del idioma germano, apenas para defenderse. Pero esto ya no es así. Ahora Alemania exige un nivel de su idioma nunca inferior al B-1, lo que ha dado al traste con los convenios que se habían formalizado con algunos centros de la provincia. Es un nivel intermedio-alto que debe acreditarse a través de una prueba centralizada en Madrid o Barcelona, y para lo que es necesario seguir un curso intensivo de al menos cuatro meses.
La Conselleria de Educación ha conveniado con la academia Vértice la posibilidad de formar también en Valencia a los estudiantes en el nivel de alemán requerido, pero, como advierten en algunos de los institutos que tenían contactos con la cámara de comercio de Hannover, el alumno que quiera hacerlo se tiene que arriesgar porque no es posible compaginar la formación académica del ciclo y la del idioma que obliga a trasladarse a Valencia.
Diferencias
Al margen de las exigencias del idioma, los profesores apuntan que estamos muy lejos del sistema dual alemán, y que deberíamos adecuar la formación a nuestras pymes. Alemania paga desde 700 euros al mes por las prácticas de FP dual en el área administrativa y comercial, hasta los 1.200 euros por las relacionadas con la construcción y obra civil. Además el 65% de su formación es dual, como el 77% en Austria, mientras que en España hay comunidades que empiezan a generalizar un sistema que comprime el primer curso de FP dual en el instituto, prescindiendo de los profesores en el segundo año o curso, que es el que se dedica plenamente a hacer las prácticas en empresas sin combinar con la formación.
