Las grandes superficies comerciales coinciden con el pequeño comercio al considerar que el macrocentro comercial que lleva aparejada la instalación de Ikea en Rabasa provocará desequilibrios. El Corte Inglés asegura que si bien su posición «siempre es favorable a la aparición de nueva competencia», en este caso «viene acompañada de un macrocentro comercial que no sólo no necesita la ciudad, sino que además supone un riesgo grave para todo el tejido comercial». Desde el centro comercial Plaza Mar 2 aseguran que la oferta comercial está saturada y que aumentarla «puede provocar un desequilibrio».
Otros centros comerciales consultados no se pronunciaron ayer al respecto, aunque cabe recordar que el centro comercial Gran Vía presentó un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia sobre la Actuación Territorial Estratégica que tramita el Consell y que permitiría la instalación de Ikea y su macrocentro en Rabasa.
Desde el Corte Inglés aseguraron que tienen pendiente una reunión con el alcalde. Preguntados sobre el posible impacto de Ikea y su macrocentro en el comercio de la ciudad, consideraron que «la aparición de Ikea sería positiva, pero en los términos en los que se ha planteado supone un riesgo grave que puede dañar seriamente al comercio de la ciudad, como ya ha sucedido con otros centros similares en otras capitales». En cuanto a las negociaciones iniciadas por el primer edil con el sector comercial, desde el centro comercial consideraron que «el Ayuntamiento ha de ser en sí mismo un valedor de la seguridad del comercio local, por tanto entendemos que no sería necesaria ninguna negociación y que el propio Ayuntamiento debería tomar la decisión». Sobre si se plantean presentar alguna alegación, desde El Corte Inglés sostienen que «manifestarán su opinión en todo momento en los foros correspondientes».
Por su parte, el gerente del centro comercial Plaza Mar 2, José Palacios, no quiso posicionarse sobre el proyecto de Ikea y el macrocentro, pero sí consideró que un estudio debería determinar «si la ciudad es capaz de absorber esa oferta comercial». Preguntado sobre el posible impacto de la actuación en el tejido comercial, apuntó que «lo lógico es que afecte al comercio de la ciudad porque es la misma tarta a repartir entre más gente». Palacios incidió, no obstante, en que no entra a valorar el proyecto en sí.
