Como una sola voz, los directores de la mayoría de los colegios de Primaria de toda la provincia se concentraron ayer por la mañana ante la sede territorial de Educación para hacer llegar a la consellera, María José Catalá, la urgencia de que negocie la normativa sobre la jornada única para cumplir su promesa de abrir la posibilidad del cambio de horario a todos los centros.

«El tiempo se echa encima -manifestó el portavoz del colectivo, Ginés Pérez-. Por ley, cualquier normativa relativa a la admisión de alumnos del curso siguiente debe remitirse en el primer trimestre del año, y ya no queda mucho margen para que podamos disponer de la norma para votar por la jornada única si queremos informar adecuadamente a las familias».

También la Federación provincial de padres de alumnos Gabriel Miró urge a Catalá que cumpla la promesa de que contaría especialmente con las familias para la redacción de dicho decreto. «Sería muy fuerte que lo saque a última hora sin que lo hayamos debatido los directamente afectados», aprecia el presidente de la organización de padres, Ramón López.

Los responsables de los colegios entregaron un escrito en el que, además de la jornada única comprometida, -con la advertencia añadida de que «no se deje una semana escasa para todo el proceso»-, añaden la petición de administrativos para poder gestionar los centros. «Es una falta de respeto que no respondan a esta necesidad», subrayan.

Y, puestos a reivindicar, reclaman también la recuperación del maestro generalista o tutor que han perdido todos los colegios con los recortes, «uno o dos por centro, lo que afecta a la atención que reciben los escolares porque algún grupo no tienen un tutor de referencia para las materias importantes», explica Pérez. La vuelta a los distritos escolares y a la ratio de 25 alumnos por aula son asimismo exigencias del colectivo.