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Alarma de padres y maestros de 515 alumnos por grietas en el gimnasio

El colegio Nuevo San Gabriel se construyó con módulos prefabricados hace seis años y desde hace tres viene denunciando desperfectos

Las grietas atraviesan una pared del gimnasio vallado y los niños se abrigan para hacer ejercicio fuera.

«Las grietas van cada vez va a más y vemos que es un peligro para los niños. Tenemos miedo de que les pase algo». Padres y profesores del colegio Nuevo San Gabriel, en las inmediaciones del Barranco de Las Ovejas, han decidido clausurar «totalmente» el gimnasio del centro escolar «por seguridad», a la vista de la tremenda grieta que recorre el lateral del Gimnasio de arriba abajo.

«Hace un año que técnicos de la Conselleria de Educación dijeron que no pasa nada, pero se colocaron «chivatos» que muestran cómo la estructura va bajando de nivel y las grietas se agrandan, como si el edificio siguiera asentándose en el terreno desde que se inauguró en 2008». Francisco Carrillo, miembro de la AMPA y representante de los papás de más de 500 alumnos en el Consejo Escolar, confiesa que «estamos muy preocupados y este espacio no se volverá a usar hasta que no arreglen tanto desperfecto».

El Nuevo San Gabriel nació hace seis años como fruto de la decisión de Educación de hacer centros exprés con módulos ya prefabricados para atender una demanda que en el barrio era creciente. «No puede ser que en pocos años esté el centro así. O ha faltado material, o profesionalidad, no sabemos, pero no es normal que la estructura falle de esta forma. El suelo se está hundiendo tanto en el Gimnasio como en el patio y el miedo que tenemos es que se produzca un socavón como lo sucedido en el Hispanidad de Santa Pola».

Ajenos al peligro y con las chubasqueras encima, por el frío y el viento, los alumnos hacen ahora Educación Física en el patio o en el Aula de usos Múltiples, donde se acumulan las sillas y mesas por la falta de espacio. En el pasillo se apelotonan sudaderas, zapatillas y pantalones de deporte de los que entran a esta escasa aula para hacer judo. Para el resto de extraescolares se reparten entre el Instituto Mare Nostrum y el patio, al aire.

Desde 2012, cada año puntualmente el colegio ha remitido escritos a Educación para que se reparen los desperfectos «pero no hacen nada y aumentan. Ahora dicen que falta la firma del arquitecto sobre la existencia de peligro o no», señalan indignados los padres. Los 515 alumnos tienen tres horas de gimnasia a la semana.

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