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Un negocio bárbaro

Las barberías tradicionales viven un momento dulce gracias a la moda de los «hipsters», que les ha permitido aumentar la clientela hasta en un 40%

La clientela de las barberías suele acudir cada quince días. pilar cortés

Se llevan cortas, largas, frondosas y hasta acompañadas de largos bigotes al estilo Dalí. Los «hipsters» pusieron de moda las barbas y los jóvenes, y no tan jóvenes, han hecho suyo este «complemento» denostado hace sólo unos pocos años.

Una tendencia que ha devuelto la vida a las barberías tradicionales de toda la provincia, convirtiéndolas en nuevos lugares de culto a la belleza masculina. «El hombre ha descubierto el placer de ir a la peluquería y que te hagan un tratamiento SPA, con masajes y toallas calientes», explica Enrique Marco, propietario de la peluquería Quiquepop, en Alicante. En los últimos años, negocios como el suyo viven un momento dulce gracias hasta nueva tendencia estética que, como toda moda que se precie, nació en EE UU. «La clientela ha aumentado hasta en un 40% y tenemos gente que viene de poblaciones a 40 ó 50 kilómetros porque no todas las peluquerías unisex saben cómo trabajar bien una barba». El negocio también está aumentando para las barberías de toda la vida. «Nunca habíamos visto tanto furor por las barbas, lo que nos está beneficiando. Recibimos a un tipo de cliente que nunca antes había venido por aquí», señala Rafael Monreal, propietario de la peluquería Ortín, que lleva funcionando en la ciudad de Alicante desde 1940.

Y como siempre, pendientes de esta nueva moda, «las casas comerciales cada vez sacan más productos específicos para el cuidado de la barba y la gente los compra», explica Raúl Santana, propietario de la Peluquería Santana. Ceras, champú, crema, mascarilla, aceite para dar brillo y que esté más suave el pelo... Cosméticos cuyo precio suele rondar una media de 12 euros. En cuanto al retoque de la barba, éste suele ir desde los 2 a los 13 euros, dependiendo de si es con el afeitado incluido o no. La frecuencia con la que los hombres visitan la peluquería ha llegado a superar a la de las mujeres. Y es que lo habitual ahora para ellos es acudir a retocarse la barba cada 15 días, aunque hay quien se pone en manos de su barbero incluso una vez por semana.

En cuanto al perfil de los llamados «hipsters», responde al de personas «jóvenes, de entre 30 y 40 años, modernos, que saben mucho lo que quieren», explica Mikeldi Ferraz, propietario de la peluquería Pels. «Al principio vienen con fotos de lo que quieren y yo también les aconsejo en función de su cara y de lo que mejor les puede quedar». Pero la barba también es una recurso «para quien desea parecer mayor», explica Enrique Marco. Y es que, como ocurre con las gafas de sol, «cuanto más tapado vas, más cómodo y seguro te sientes».

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