Lo que tenía que ser el inicio del eterno descanso de una alicantina de 85 años se convirtió en un esperpento por parte del Ayuntamiento que mantuvo ayer en jaque durante horas a la familia, una treintena de personas, algunas de ellas llegadas de Mallorca; a la compañía aseguradora a la que la fallecida llevaba años pagando su entierro y a la empresa que gestiona el tanatorio La Siempreviva.

Un funcionario del Cementerio municipal prohibió el entierro de la mujer en un nicho nuevo pagado por ella, alegando que la familia disponía de una tumba en tierra, en la que está sepultado su marido. Cuando los familiares trataron de enterrar a la mujer en un nicho ocupado por los padres de la difunta, el funcionario también lo impidió, obligando a suspender el sepelio a la hora que estaba previsto.

La funeraria tuvo que volver a preparar la sala velatorio de la mujer, donde estuvo siete horas más, una vez que acabó la misa, que a punto estuvo también de suspenderse por deseo de la familia. Los parientes cambiaron de opinión por la nutrida presencia de familiares y amigos.

«Ella tenía a sus hijos, doce nietos, otros tantos bisnietos, tataranietos, y todos sabíamos que no quería estar en tierra, decía que no quería estar mojada. Cosas de las personas de antes, pero era su voluntad», explicó uno de los nietos. Por este motivo, la familia se quedó de piedra cuando minutos antes del funeral un funcionario del cementerio les empezó a poner pegas. «No nos dejan enterrar a la abuela, y todo esto nos lo dice el Ayuntamiento ahora», apostilló otro nieto. «Ella ha pagado su nicho durante años porque no quería ir a la tumba y para atajar el problema hemos propuesto meter el ataúd en el nicho de sus padres, donde hace cuatro años enterraron a una hermana de ella, es decir, a mi tía, pero nos piden un papel que no aparece». Se refería al certificado de últimas voluntades emitido por sus bisabuelos, los padres de la fallecida, muertos hace más de 30 años. «Es un poco fuerte y un trastorno brutal», afirmó otro miembro de la familia, que pidió asesoramiento a un abogado al sentirse discriminados por el funcionario que les atendió y que, según afirmaron estos parientes, «nos ha dicho que hoy no la enterramos».

Nada hay escrito, según reconocieron fuentes municipales, que obligue a enterrar a alguien en una propiedad familiar si se está pagando otra, pero es una práctica a la que el Ayuntamiento, según denuncia la funeraria, recurre desde hace un tiempo y que tiene que ver con la falta de nichos en el cementerio, pendiente de ampliación desde hace cinco años.

«Es un hecho lamentable que afecta a nuestro trabajo. Cuando finaliza el funeral y se va a hacer el enterramiento dicen que no hay nichos disponibles y se exige que se inhume a la persona en un lugar propiedad de la familia. Esto también nos perjudica a nosotros porque el cliente no se queda satisfecho. Estamos presentes en muchas ciudades y esto no ha pasado nunca. Es algo excepcional en Alicante que nos está creando problemas con muchas familias», explicó Víctor Humanes, del grupo ASV. El de la mujer de 85 años ha sido el último caso pero no es el primero, «es un problema que tenemos día sí, día no, porque el 75% de los fallecidos están asegurados».

Mientras un familiar contactaba con la Concejalía de Atención Urbana, responsable de la gestión del cementerio, otros fueron al domicilio de la fallecida a buscar un testamento que no apareció, por lo que la última salida era desplazarse a Murcia, al registro de la propiedad, a solicitar el contrato del nicho de los bisabuelos. Minutos después de que este diario contactara con el concejal del área, Andrés Llorens, el edil llamó a la familia, que agradeció su colaboración, para desbloquear la situación. Finalmente, permitieron el entierro de la mujer a las cinco de la tarde en el nicho antiguo de sus padres, pero no en el nuevo que ella había pagado. Llorens dijo que «no es un problema de espacio sino de lógica. Si ya tiene un nicho, ¿cómo va a disponer de tres?». A la vez reconoció los problemas de espacio en el cementerio y que sólo quedan 300 nichos. Sobre el funcionario que puso trabas al entierro, mostró su confianza en que actúe de acuerdo a la legalidad, aunque admitió que hay varias quejas contra este trabajador.

Falta de tacto con las familias

El hecho de que pidan un testamento para enterrar en un nicho es inconcebible según la funeraria y la familia de la anciana cuyo entierro se postergó ya que es un trámite aplazable. Estos alicantinos pasaron ayer por un trago «inhumano». «Esperamos que nunca les pase a ellos», afirmaron.

Enterramientos para un año

El Ayuntamiento ha construido en unos terrenos cercanos al cementerio varios bloques con nichos para salir del paso, con una capacidad de enterramientos para un año. Al parecer, están revendiendo nichos que quedan desocupados a los cinco años si no se paga la concesión de 75 años.

Mala previsión del Ayuntamiento

Tanto las familias como las funerarias ven en la escasez de espacio en el cementerio una mala previsión del Ayuntamiento alicantino, que sabe cuántas personas fallecen al año en la ciudad. «Por eso no es justo negar un nicho a una familia que lleva 50 años pagándolo», denunciaron.