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La provincia sufre la mayor caída de población en más de 150 años

Los municipios alicantinos pierden más de 77.000 personas por la emigración y las bajas de oficio del padrón llevadas a cabo por Estadística

Peatones en el centro de la ciudad de Alicante, en una imagen de archivo. isabel ramón

La provincia de Alicante ha sufrido en un año la mayor pérdida de población en más de 150 años, desde que se comenzaran a realizar recuentos oficiales de habitantes en 1857. Según las cifras definitivas del padrón a 1 de enero de 2014, aprobadas por Real Decreto el pasado 5 de diciembre y publicadas unos días después por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los municipios alicantinos suman 1.868.438 personas, frente a 1.945.642 que se contabilizaron un año antes. Es decir, en este tiempo la cifra se ha reducido en 77.204 vecinos, algo que no se había producido al menos desde que se realizó el primer censo oficial de población a mediados del siglo XIX.

La pérdida de habitantes, aun siendo tan llamativa, estaba en buena medida anunciada, puesto que antes que ésta se habían hecho públicas otras cifras que apuntaban en este sentido. Las últimas fueron las de población residente a 1 de enero y 1 de julio de 2014, conocidas también a principios de este mes. Según esa estadística, la provincia tenía, respectivamente, 1.850.390 y 1.852.789 habitantes. No obstante, éstas no son recuentos, sino estimaciones en las que intentan corregir posibles desfases del padrón. Además, los únicos datos oficiales de población son los de los padrones; por ello, la bajada demográfica de la provincia no se había consumado de forma oficial hasta ahora.

La caída de los padrones municipales ha sido generalizada, hasta el punto de que sólo 25 de los 141 municipios alicantinos ganan habitantes, y la mayoría de ellos, además, de manera casi testimonial. Los aumentos más significativos son los de la Nucia y Mutxamel, con apenas 500 vecinos más cada uno. En cambio, sobresalen algunos descensos muy abultados, como el de Torrevieja, que pierde casi 14.000 empadronados de una tacada y queda muy por debajo de la barrera de los 100.000 habitantes. También Orihuela pierde casi 8.000 vecinos, y Calp otros 7.000, mientras que Benidorm y Xàbia menguan asimismo en más de 4.000 personas. El descenso en Alicante capital es de casi 3.000 habitantes -similar a los de Rojales, Santa Pola y Dénia-, y en Elche supera los 1.500.

Este descenso de población, tal y como han venido apuntando en los últimos meses distintos expertos en demografía de la Universidad de Alicante (UA), obedece a dos factores distintos, aunque relacionados entre sí. Por una parte, el efecto de la emigración, especialmente de extranjeros -la última cifra de residentes foráneos era de 90.000 personas menos que la anterior-; y, por otro, el mayor control sobre los padrones municipales por parte del INE, que ha dado de baja de oficio a un gran número de personas tras comprobar que realmente no vivían en el municipio donde constaban. Así las cosas, la diferencia de 95.000 habitantes que existía entre el padrón y la población residente se ha reducido a 16.000.

Por otro lado, se consuma también el regreso de la provincia de Alicante al quinto lugar de España en población, en beneficio de Sevilla. Esta demarcación tiene, según las últimas cifras, 1.941.355 habitantes. Por delante están Madrid, Barcelona y Valencia; después de Alicante se sitúan Málaga, Murcia y Cádiz.

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