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Antonio Maciá, presidente del Colegio de Arquitectos

«En la plaza Gabriel Miró se está actuando sin coherencia ni planificación»

Maciá opina que la fiebre de obras por las elecciones «da una mala imagen de la gestión porque el dinero público se invierte deprisa y corriendo»

«En la plaza Gabriel Miró se está actuando sin coherencia ni planificación» pilar cortés

Al igual que a los vecinos del Centro Tradicional, al presidente del Colegio de Arquitectos, Antonio Maciá, tampoco le gusta el resultado de la última intervención llevada a cabo en la plaza de Gabriel Miró, donde está la sede del colegio profesional. Ni los nuevos bordillos ni el «retal» de madera ni los acabados. Por mucho que Atención Urbana sostenga que las obras están sin finalizar, para el representante de los arquitectos el estado en que ha quedado la plaza tras la retirada de las vallas que se colocaron mientras se acometía la actuación es la constatación de una «falta de mimo» hacia este espacio emblemático.

Maciá alude a esta y otras intervenciones anteriores llevadas a cabo en Gabriel Miró para aseverar que «debería haberse respetado la integridad y personalidad de este espacio, pero eso no ha ocurrido porque lo que se observa es el resultado de una suma de actuaciones puntuales sin ligazón». En esa línea, lamenta que la plaza «está hecha a base de remiendos» y considera que debería «mimarse y cuidarse más porque forma parte de la imagen de la ciudad».

El resultado, incide, no le gusta «por la falta de mimo que requiere un espacio tan especial para la ciudad» con una «suma de intervenciones inconexas que no respetan la identidad de este espacio urbano». Algo que, a su entender, es fruto de una falta de planificación. «Lo que más daño hace a una ciudad es que se actúe sobre sus espacios urbanos sin coherencia y planificación», esgrime.

Al respecto de la oleada de obras iniciadas en la ciudad en las últimas semanas, Maciá considera que existe «una fiebre por empezar a levantarlo todo y gastar dinero antes de elecciones» que, a su entender, «da una mala imagen de la gestión de la ciudad porque el dinero público se invierte deprisa y corriendo sin suficiente planificación». El presidente de los arquitectos, aclara que «la ciudad necesita inversión para el mantenimiento de los espacios públicos, pero planificada y con sentido común».

En el caso de la plaza de Gabriel Miró, las obras se han adjudicado por 83.000 euros. La parte de obra civil ya se ha acometido y, de hecho, se han retirado las vallas que cubrían la plaza. Desde Atención Urbana esgrimen que quedan algunos remates y que la plaza se abrió para cumplir con el compromiso adquirido con los comerciantes. Queda pendiente la parte de la actuación para renovar los espacios verdes.

Los vecinos del Centro Tradicional, así como el catedrático de Urbanismo de la Universidad de Alicante, José Ramón Navarro Vera, también han criticado el resultado de las obras, que califican de remiendo. Cuestionan desde los pegotes de cemento para unir las juntas de los escalones a los nuevos bordillos o el parcheo del pavimento con tarima de madera. Recuerdan otras actuaciones anteriores, como las reparaciones de los elementos de piedra que rodean la plaza o la que hace un par de décadas dejó a ras de suelo los bancos de piedra.

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