El tirón que han dado el Administrador de Infraestructuras Ferroviaria y la sociedad Avant en los últimos dos meses a las obras para remodelar los accesos ferroviarios a Alicante van a permitir, si se cumple el compromiso adquirido de Avant con la Plataforma Renfe, que los trabajos concluyan definitivamente el próximo martes día 16, con lo cual podrán empezar de inmediato las obras para retirar las vías del paso a nivel de Ausó y Monzó, y la reurbanización de los terrenos para que este «punto negro» ferroviario de la ciudad pase a la historia y deje de dividir en dos la capital de la provincia.
Cuatro años llevan esperando los vecinos de, entre otros, los barrios de San Blas, Florida y Benalúa a que el Ministerio de Fomento cumpla su compromiso y el cruce de Ausó y Monzó pase a la historia. Desde la inauguración de la línea de alta velocidad con Madrid se han ido dando pasos para retirar los trenes aprovechando el túnel del AVE. Primero fueron los convoyes de Alta Velocidad, después el Euromed y desde septiembre los cercanías que conectan Alicante con San Vicente. No obstante, todavía entran en superficie los cercanías de Murcia y el Talgo Cartagena-Cervera, que desde el martes que viene podrán circular por el nuevo trazado ferroviario que última Adif y, por lo tanto, se podrá empezar a hablar ya del desarrollo urbanístico posterior con el gran parque central. Hoy está prevista una nueva reunión entre los directivos de Avant y la Plataforma Renfe para actualizar el estado del proyecto.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) comenzó a finales de septiembre a retirar parte de las vías y traviesas e, incluso, los trenes que van a Murcia y Elche ya han cambiado su circulación aprovechando parte de la infraestructura que conecta el ferrocarril convencional con el Puerto. El paso a nivel de Ausó y Monzó debía haber estado eliminado y, por lo tanto, con tráfico de vehículos en superficie, en la primavera de 2012 cuando estaba prevista la retirada de las vías. Sin embargo, el parón que sufrieron las obras por los impagos, y el hecho de que el proyecto de las cercanías no se incorporara desde el principio al calendario para la llegada del AVE por falta de presupuesto dieron al traste con la fecha prometida.
La división en dos partes de la ciudad, que afecta sobre todo a los barrios de San Blas y Alipark, cumplió cuatro años el pasado octubre. Mientras, los peatones, el 90% residentes de la zona, siguen compartiendo con el paso ilegal de motocicletas y bicicletas una pasarela, en teoría peatonal, peligrosa en días de lluvia e insegura por la noches, dada la poca luz que alumbra el paso.
Los barrios de San Blas y Alipark seguirán partidos, de momento, por la mitad al menos hasta 2015, ya que una vez que dejen de pasar los trenes de cercanías hay que quitar las vías y reurbanizar la zona. Algo que retrasa, además, todo el desarrollo del parque central. La Plataforma Renfe critica el diseño y la construcción de los actuales andenes del AVE y la estación provisional de «hojalata que tuvieron la desvergüenza de inaugurar. Sólo hay que ir a la estación de Málaga o verla por internet para reforzar nuestra denuncia. Esperemos contar con la ayuda de las fuerzas políticas de la ciudad como así nos han prometido», subraya José María Hernández, miembro de la plataforma Renfe y portavoz de los colectivos vecinales afectados por el proyecto.
Parque urbano
A partir de la eliminación de Ausó y Monzó se podrá comenzar a diseñar la gran zona verde sobre 160.000 m2 que incluirá el parque central; entre 1.500 y 1.700 viviendas, de las cuales un 30% serán VPO, y una gran torre de 20 pisos a levantar en la plaza del Estrella, que se pretende sea un nuevo icono arquitectónico de la ciudad mirando hacia el edificio del Tryp Gran Sol, y que puede acoger un hotel como epicentro de la infraestructura terciaria. Todo a ir ejecutando en un periodo de diez años.
