Se pudo ver alguna cara de asco, pero pocas. La I Jornada Gastronómica «Insectos en el plato: una dieta saludable y sostenible», organizada por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alicante, reunió ayer a casi un centenar de personas -entre ellos, ochenta alumnos previamente inscritos-, que pudieron cambiar el menú más tradicional por unas propuestas, cuanto menos, novedosas. El menú estaba compuesto por una amplia variedad de platos, donde los «bichos» estaban siempre presentes: arroz con saltamontes, coca de mollitas de chocolate y hormigas culonas, delicias de Elche con chapulines, pericana con larvas de escarabajo o pan de higo con saltamontes a la miel. Entre las personas que degustaron las atrevidas propuestas se encontró el rector de la UA, Manuel Palomar, quien no dudó en llevarse a la boca alguno de los platos expuestos en la mesa central. Junto a él, la vicerrectora de Investigación, Amparo Navarro. Las reacciones ante la oferta gastronómica siguieron una línea bastante homogénea. Gustó a la mayoría, incluso algunos repitieron una y otra vez. A otros, en cambio, les pareció un sabor «muy intenso» y «desagradable».

Antes de la cata en el restaurante del Club Social I, la profesora Estefanía Micó impartió una charla, «Comer insectos, un regreso al pasado con mucho futuro», en la que puso en valor la importancia nutritiva de los insectos. «La propia ONU señalo que comer insectos podría ser una alternativa al hambre por las propiedades que aportan al organismo», señaló la miembro del Centro Iberoamericano de la Biodiversidad, quien resaltó que la variedad de insectos es muy amplia, ya que «el 77% de la diversidad animal son insectos». Según la experta, por ejemplo el picudo de palmera puede aportar parte de las vitaminas diarias necesarias. «Hay mucha variedad, pero en general tienen mucha proteínas, vitaminas y minerales. Hoy, se consumen 1.900 especies de insectos en más de cien países. De hecho, un tercio de la población mundial consume de forma habitual insectos», añadió Micó. En España, sin embargo, la comercialización de insectos para el consumo humano está prohibido. Así que para degustar hormigas habrá que esperar a la II Jornada Gastronómica de la UA.