El Consell sigue jugando a la indefinición en el tema del agua. Menos de una semana después de que el vicepresidente, José Císcar, se plantara ante la cúpula del regadío de Valencia y reivindicara la necesidad que tiene la provincia de Alicante de recibir agua de calidad del Júcar, ayer, el director general del Agua, José Alberto Comos, volvió a esconder la cabeza en Alicante. No hubo pronunciamiento oficial de la Generalitat sobre la reclamación al Ministerio de Agricultura de que finalice la construcción de la toma del agua de Cortes de Pallás para completar el Júcar-Vinalopó, tal como sí se acordó en el seno de la Mesa Provincial del Agua.

La firmeza de la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, del catedrático y portavoz de la comisión técnica, Antonio Gil Olcina y de los regantes sacó, sin embargo, adelante la petición de la Mesa de instar al Gobierno a retomar Cortes, y que la solución al abastecimiento de agua de Alicante no se quede en el parche, efectivo y clave ahora mismo pero un parche, del trasvase de 12 hm3 desde el embalse de Alarcón, y el envío de agua para regar desde el Azud de la Marquesa. Caudal que, por otro lado, sólo sirve, básicamente, para regar el arbolado. El Consell ve bien la toma de Alarcón como la solución definitiva.

En cuanto al trasvase de los 12 hm3 desde el embalse de Alarcón, Luisa Pastor reclamó que «si no se llega a un acuerdo con los regantes de Valencia, el Gobierno tendrá que actuar como corresponde en estos casos, porque el agua es un bien de todos y si existe una necesidad y una posibilidad contrastada de que esa agua no daña a nadie, debe garantizarse el trasvase a Alicante». Pastor recordó, por otro lado, que el Gobierno ha invertido hasta 50 millones de euros en la modernización del regadío en la Ribera. «Apoyamos esas medidas que al fin y al cabo mejoran los usos y consumos y permitirían tener más excedentes».