La mayoría de negocios emplazados en el tramo de la Explanada entre la plaza del Mar y la Rambla, afectado por las obras de remodelación para eliminar baches y hundimientos que empezarán hoy tras el vallado de la zona, cerrarán durante los dos próximos meses, que es el tiempo estimado de duración de los trabajos que ejecutará el Ayuntamiento, sin que vayan a recibir ningún tipo de bonificación o compensación económica por este cese temporal de actividad, como confirmó Andrés Llorens, edil de Atención Urbana, responsable del proyecto que ejecutará la empresa FCC Construcción por algo más de 700.000 euros.
Son sobre todo establecimientos de restauración -ayer comenzaron a desmantelar sus terrazas para dejar expedito el paseo- que optan por el cierre estos dos meses al estimar incompatible la atención al cliente con el ruido y el polvo que generarán las obras, y por la barrera visual y arquitectónica que supondrán las vallas pese a que el Ayuntamiento se ha comprometido a dejar un acceso de un metro y medio a cada edificio de viviendas y a cada establecimiento comercial. «Nos obligan a cerrar porque van a meter excavadoras y a tapar la zona. No podemos obligar a la gente a comer dentro del local en esas condiciones. Esperamos que merezca la pena, que todo se quede muy bonito y que después recuperemos lo perdido», explicaron trabajadores de tres restaurantes, de comida italiana, española y norteamericana, que pertenecen al mismo propietario. Esta pequeña cadena dejará de ingresar en dos meses, según estimaciones de sus empleados, unos 120.000 euros entre los tres establecimientos.
En este tramo de la Explanada cesan 13 restaurantes y un comercio de regalos, Stop and Look, de reciente apertura. «Cerramos hasta que finalicen las obras de la Explanada. Nos comunica el Ayuntamiento que serán unos dos meses aproximadamente», informa a sus clientes el restaurante Jarra Dorada, situado en la zona donde más se aprecian los hundimientos en el suelo, y que ha colocado carteles en su persiana ya echada, como han hecho, al lado, en Pizzería Tarantino. Los restaurantes coinciden en que se ven obligados a tomar esta decisión al quedar desmantelados los veladores, lo que acabará con el tránsito peatonal que se estaba generando. «Sin terraza no hay negocio y a un sitio con ruido y obras la gente no viene. Pero es cierto que el suelo está hecho polvo, muy hundido, sobre todo llegando a la Rambla», apuntó un trabajador del Gourmet.
«Al no tener las terrazas y quedar tapados por vallas, y con escasa visibilidad, seguir abiertos no es productivo. Al menos han decidido hacer las obras en invierno, en la época más floja del año», dijo Martín Cicerone, del pub O'Hara. En su opinión, la reforma de la Explanada era necesaria por los resbalones que sufrían los peatones en el pavimento, que con la renovación pasará a ser antideslizante; porque las mesas de los veladores cojeaban a causa de los desniveles; y porque el agua, cuando llovía, se acumulaba en la puerta de los establecimientos, y entraba a su interior debido al mal funcionamiento del alcantarillado. La red de saneamiento también se verá afectada ya que las dos rejillas actuales del paseo lateral se quedarán en una sola más profunda, que esperan que solucione los malos olores.
«Es una obra de envergadura y, aunque pongan accesos, para un restaurante es complicado estar abierto en esas condiciones, y puede generar problemas de mantenimiento y de personal. La cuestión es lo que hará cada uno con su plantilla estos dos meses, pero había que arreglar el paseo», dijo un empleado del restaurante Las Palmitas, que recordó que tendrán que profundizar en el suelo más de un metro delante de sus puertas para sustituir el relleno con el fin de dejar el pavimento al mismo nivel y eliminar todos los baches.
Sólo cuatro establecimientos seguirán abiertos estos dos meses. Se trata de las dos grandes franquicias de hamburguesas, Burguer King y McDonalds (y su cafetería), así como dos comercios, una óptica que tiene otra entrada por la calle San Fernando, y una agencia de viajes que hace esquina con Ingeniero Lafarga, donde esperan que el vallado deje acceso al público por ese lateral. Un negocio más, la heladería Antiu Xixona, en principio no cerrará aunque lo reconsiderarán según marchen las obras. Otra heladería, Yo Yo, ha reducido sus días de apertura de jueves a domingo y cerrará si tiene pérdidas durante los trabajos, mientras que el restaurante Miami, en la esquina con la Rambla, aprovechará que la obra empieza por la plaza del Mar para funcionar una semana más.
Empezadas las obras, el PSOE recordó que preferían una reforma integral de todo el paseo, y EU dijo que han tardado mucho.
