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Cierre de camas y peligro de anteponer el ahorro al beneficio para el enfermo

Bajo el argumento de que ya no son necesarias, los hospitales públicos de la provincia han ido cerrando camas de forma paulatina en los últimos años. El sindicato CC OO estima que desde que estalló la crisis la Comunidad ha perdido 475 camas. Los sindicatos reclaman que se mantenga íntegra la capacidad de funcionamiento de los hospitales, ya que la lista de espera está aún en 64 días -lejos de los 45 prometidos por el Gobierno- y a lo largo del año se producen picos asistenciales, como el de la gripe, que requieren de una gran cantidad de ingresos hospitalarios. De forma paralela, hay médicos que denuncian el carácter economicista de alguna de estas medidas. El ingreso de un enfermo genera un gran coste, por lo que las gerencias han visto en medidas como la cirugía sin ingreso una buena fuente de ahorro. «Sólo se preocupan de que operemos más y más, sin tener en cuenta que hay enfermos que requieren de una mayor atención y que, debido sobre todo a patologías asociadas, no pueden ser operados e irse a su casa de manera inmediata», señala un especialista en Oftalmología que prefiere no dar su nombre.

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