Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llevan al fiscal de Seguridad Vial los «guardias tumbados» de Playa de San Juan

Vecinos del golf denuncian la «ilegalidad» de medio centenar de reductores de velocidad

Llevan al fiscal de Seguridad Vial los «guardias tumbados» de Playa de San Juan

Con casi medio centenar de reductores de velocidad en apenas quince calles, la zona del campo de golf de Playa de San Juan resulta un «campo de minas» para miles de conductores que se dejan los amortiguadores en los que se conocen popularmente como «guardias tumbados», unos resaltes que, según denuncian vecinos de la zona, son ilegales «ya que no se han adaptado a la normativa de octubre de 2008 que daba dos años a los ayuntamientos para modificarlos». Ante esta situación, José Antonio Parrado, un vecino de la zona, va a trasladar el caso a la Fiscalía de Seguridad Vial «porque unos exceden la altura o la longitud permitida, otros impiden la evacuación del agua de lluvia, otros no tienen la rampa adecuada, otros no están suficientemente señalizados y los hay en zonas donde no se pueden colocar, como uno que nos han puesto en una rotonda en la calle Conrado Albaladejo desde Pintor Pérez Gil hace apenas unos meses».

En octubre de 2008 entró en vigor la normativa sobre los reductores de velocidad después de que Automovilistas Europeos Asociados (AEA) reclamara al Ministerio de Fomento una norma que acabara con la alegalidad que existía sobre estos resaltes, dando a los ayuntamientos dos años para adaptar sus reductores de velocidad en altura a la nueva norma. «El Ayuntamiento de Alicante no los ha adaptado y circular por esta zona es una tortura«», señala Parrado. «Se supone que no pueden ponerse estos resaltes en vías por las que pasen más de 3.500 vehículos al día y aquí pasan muchos más, incluso hay varios en la avenida de acceso al Hospital de San Juan, lo que limita la circulación para vehículos de urgencias como ambulancias que tienen que reducir la velocidad aunque lleven un caso urgente porque no van a tener al enfermo dando botes». En cuanto a la exigencia de que no supongan una barrera para la evacuación de agua de lluvia, «en la calle Juana Francés aún se ven los restos de la acumulación de agua de la tormenta de la otra noche que se extendió más de 12 metros, porque los resaltes impiden que el agua circule».

La normativa establece que el modelo de los reductores de velocidad será una plataforma trapezoidal de 10 centímetros de altura como máximo, con un máximo de 4 metros de largo y unas rampas de subida y bajada de entre 1 y 2,5 metros, dependiendo del límite de velocidad existente: 1 metro para límites de 30 Km; 1,5 m para 40 Km y 2,5 m para velocidades de 50 Km «pero aquí aunque el límite es de 40 o 50 kilómetros por hora, las rampas como máximo tienen un metro», señala Parrado en sus alegaciones.

No es la primera queja con respecto a estos resaltes que se produce en la zona. Hace dos años varios vecinos ya denunciaron que la vibración que provoca el paso de vehículos pesados sobre los badenes podía influir en la aparición de grietas en sus viviendas, y usuarios de motos se han quejado por el diseño de estos badenes, sobre todo las motos con ruedas pequeñas al considerar peligroso superar estos resaltes a escasa velocidad. «No es que no queramos que haya limitadores de velocidad», señala Parrado, «pero sí que se ajusten a la normativa y en una cantidad lógica, y no que no se pueda circular por la zona».

Compartir el artículo

stats