Los últimos 92 años no han pasado en balde por el Mercado Central de Alicante que, más de veinte años después de que fuera sometido a una reforma integral, se resiente por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Los signos se dejan ver en las paredes exteriores, donde cada vez son más visibles las grietas y el deterioro. Un ejemplo más del mal estado en el que se encuentra el patrimonio arquitectónico de la ciudad y que sigue la estela de otros edificios emblemáticos de titularidad pública como el propio Ayuntamiento de Alicante -con redes de protección desprendidas, maderas de los balcones corroídas y relieves desgastados- o de la sede del Consell de Gadea -que ha tenido que cubrirse con una red por el riesgo de desprendimientos-.
Los técnicos de Conservación de Inmuebles han constatado el creciente deterioro del Mercado Central en una inspección reciente. En un informe recogen la presencia de las grietas para instar a adoptar medidas que frenen el mal estado.
Por la fachada, en la que es visible la suciedad y el desgaste, pueden apreciarse grietas verticales y horizontales, tanto entre los muros de ladrillo como en la piedra de las paredes laterales, de las entradas principales y en las cornisas. En algunas de ellas, caben hasta los dedos de la mano. Hay grietas en las que se pueden observar los testigos colocados hace un año para controlar si aumentan -algunos comienzan a ceder-, pero hay muchas fisuras en las que no están.
Los técnicos municipales realizaron una inspección y recogieron su existencia en un informe. La concejala de Conservación de Inmuebles y Patrimonio, Oti García Pertusa, asegura que se ha abierto un expediente y que está a expensas de una reunión técnica con Atención Urbana, área encargada del mantenimiento de los edificios municipales, para «analizar el alcance de los daños y tratar de dar una solución rápida». Según la concejala, el estado del edificio «no presenta ningún peligro», pero admite la necesidad de «actuar para que no lo haya en el futuro». Desde Atención Urbana indican que están pendientes de esa reunión y aseguran que se evaluará el estado de los testigos para determinar si los daños han ido a más en el último año.
Los comerciantes del Mercado Central apuntan que se han realizado algunas actuaciones de mantenimiento puntuales, pero sostienen que «son insuficientes». Así lo asegura el secretario de la asociación de concesionarios, Víctor Pérez, quien indica que «aunque hace pocos años se renovó toda la cubierta -las obras acabaron en 2010-, la última reforma en profundidad se produjo en los años noventa y el edificio ya va necesitando una actuación». En su opinión, este edificio histórico -construido en 1921 y con un grado de protección integral- debería someterse «a un mantenimiento periódico y tratarse con un mayor mimo». Además, los comerciantes denuncian la suciedad que se acumula tanto en los bajos de las fachadas como en el entorno del Mercado.
