La consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, inauguró ayer, junto a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, el sendero peatonal construido entre la antigua estación del trenet de La Marina y el promontorio de la finca Adoc en la Albufereta, que al final se ha quedado sin acceso; un camino de tierra que simboliza la chapuza en la que se han convertido las obras públicas en Alicante en los dos últimos años por los recortes presupuestarios. Bonig aseguró que entre la Conselleria y Ferrocarriles de la Generalitat, que ha acudido a última hora al rescate con 50.000 euros de sus fondos propios porque el sendero tampoco tenía conexión con la playa del Postiguet, han invertido 800.000 euros en un camino con unas vistas maravillosas, pero que hoy es un auténtico secarral con vistas al mar, porque no hay ni zonas de sombra (tampoco están previstas), ni luz, y sólo una bancada de piedra para descansar. El sendero tiene una longitud de unos 800 metros de los seiscientos permiten envidiables vistas al mar, pero con los primeros doscientos metros por detrás del Tiro de Pichón, de Isla Marina y del restaurante de la Cantera, pegados a la carretera y sin vallas que lo separen de la calzada.

El camino que se ha trazado sobre la antigua plataforma de vías del tranvía conecta Alicante con la Albufereta a través de un acceso a la acera de la carretera de la Cantera, que se ha abierto a unos cien metros del cruce por el que los coches entran y salen de Rocafel.

En el proyecto original, que se presupuestó en 4 millones de euros, estaba previsto conectar la Albufereta con escaleras, una rampa para personas con movilidad reducida o, incluso, un ascensor, pero el «crack» económico del Consell tuvo sus primeras consecuencias en forma de tijeretazo al entonces denominado Plan Bahía o, lo que es lo mismo, la recuperación de la fachada litoral de la Cantera tras la retirada de las vías del tranvía de la primera línea del mar.

Al final, sin embargo, el camino es una nueva chapuza, y además peligrosa. Y no sólo porque en parte está pegado a la carretera. Los operarios de la constructora, la ute FCC/Cívica, han colocado al final del sendero unas piedras a modo de barrera para separarlo de los restos del trazado de las vías y de la plataforma por donde circulan los tranvías y el tren de Benidorm, lo que convierte la zona en un área de riesgo y de fácil acceso. Con todo, la consellera Bonig no tuvo reparos en subrayar ayer que el sendero es «una infraestructura fundamental para la ciudad de Alicante y ejemplo de consenso entre administraciones».

La retirada de las antiguas vías del trenet de la primera línea del mar culminó en 2012 con el objetivo de poder construir la primera fase del sendero. El proyecto en esta zona del litoral era más ambicioso y contemplaba un conjunto de actuaciones desde la playa del Postiguet hasta San Juan que debían acometer diferentes administraciones. El sendero tampoco tiene carril bici y se ha suprimido la pasarela voladiza que conectaba la Serra Grossa con el mar, previsto una vez que terminaran las obras del túnel que excavado en la sierra.