El cirujano Fèlix Lluís Casajuana lidera el equipo que en septiembre de 2012 empezó a practicar trasplantes hepáticos en el Hospital General de Alicante. La coordinación entre todos los profesionales que participan en estas intervenciones permite que el paciente sólo deba estar ingresado cuatro o cinco días, con una consiguiente optimización de los recursos y la ventaja para el trasplantado de seguir la mayor parte de la recuperación en casa. Una investigación sobre la implantación de este sistema ha sido reconocida con el premio Doctor Miguel Pérez-Mateo, que entrega el Hospital Vithas Perpetuo Socorro.
¿Qué avance presenta el estudio realizado sobre la implantación del trasplante de hígado en el Hospital General para haber sido reconocido con el premio Doctor Pérez-Mateo?
El trabajo expone la puesta en marcha del trasplante hepático en el Hospital General de Alicante, por parte de profesionales de primera calidad. Se ha conseguido que el trasplante de hígado tenga unos resultados bastante buenos, ya que el paciente apenas pasa 24 horas en la UCI y en unos cuatro días recibe el alta. Es un trabajo presentado de manera corporativa, yo sólo lo represento.
¿Cómo se consigue esa eficiencia en el proceso?
Hay que cuidar muchas facetas, poniendo en común a todos los profesionales que participan en la intervención para que ofrezcan lo mejor de sí mismos. El paciente debe perder poca sangre, hay que controlar la coagulación, hacer que el riñón funcione, exquisitez en la cirugía, las dosis justas de inmunosupresores, procurar que la movilidad se recupere cuanto antes, el compromiso de los familiares para que el enfermo tenga todo lo necesario en la vuelta al hogar, acudir a los controles ambulatorios... Todas esas cuestiones deben ir ligadas.
¿Cuántos trasplantes se han practicado hasta el momento siguiendo ese sistema?
Llevamos ya practicados 54 trasplantes; no obstante, el estudio se realizó a partir de los primeros 25 casos. De cualquier modo, podemos afirmar que los resultados están en una línea de excelencia, ya que conseguimos las altas rápidas que buscamos.
Se optimizan recursos sanitarios, pero esto también implica ventajas para el paciente...
Así es, el paciente tiene la ventaja de tener todas las actuaciones necesarias cerca de casa, al poder someterse al trasplante en Alicante y no tener que acudir hasta Valencia. A esto se añade la presencia de un gran equipo multidisciplinar en el hospital. Y esta mejora en la calidad de todos los servicios, además, repercute en la calidad de la formación que reciben los médicos residentes.
¿Se ajusta el volumen de trabajo a la demanda existente de trasplante hepático?
La lista de espera es hoy por hoy completamente asumible; tenemos la ventaja, en ese sentido, de que Alicante es un territorio de mucha donación de órganos. En cualquier caso, tenemos el objetivo de llegar a la realización de 50 trasplantes hepáticos al año.
¿Qué le suponen profesionalmente el premio Doctor Miguel Pérez-Mateo y el ingreso en la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana?
Es un reconocimiento a todo el grupo, no a nivel individual. Además, Miguel Pérez-Mateo fue un visionario de la Unidad de Trasplante Hepático pero no llegó a verla, y era una persona con unos valores especiales y referenciales. Por ello, la satisfacción es grande.
