Unos 350 niños se han acogido en Alicante al programa de becas de escuela de verano y comedor que las concejalías de Educación y Acción Social han puesto en marcha para evitar que las vacaciones estivales dejen sin una comida completa a menores en riesgo de exclusión social.

Así lo ha anunciado hoy el concejal de Acción Social, Antonio Ardid, quien ha ofrecido una rueda de prensa para presentar este programa.

Esta iniciativa tiene el objetivo de apoyar a las familias para garantizar la alimentación de los menores y, para ello, se han concedido becas a los niños de forma que asisten a las diferentes escuelas de verano ya existentes que se ofertan distintos puntos de la ciudad.

Los 350 niños se han integrado en catorce escuelas de tipos distintos, según fuentes municipales.

Por un lado, en siete campamentos de verano previstos por las asociaciones de madres y padres de alumnos (Ampa) de diferentes colegios de Primaria y que cuentan con servicio de comedor, y, por otro, en las escuelas estivales organizadas por siete centros municipales socio-educativos (CMS) a las que se ha incorporado un servicio de comedor.

Los equipos sociales de base de Acción Social, los centros socio-educativos y la dirección de algunos centros escolares han sido las entidades encargadas de detectar los casos de menores en riesgo de exclusión para que participasen en este programa.

Fuentes municipales no descartan que el número de escolares que se puedan beneficiar de esta iniciativa sea más elevado, en función de los casos que puedan recibir a partir de ahora.

El proyecto huye del concepto de comedores sociales en un intento de mantener la privacidad de los menores becados y evitar "revictimizar a la víctima", según sus responsables.

Por ello, la beca asigna a los menores al campamento más cercano a su domicilio e incluye la participación en las actividades que ya se organizaban en los colegios y centros socio-educativos, además de una plaza de comedor o cátering.

De esa manera, el Ayuntamiento de Alicante busca integrar a los niños de entre 6 y 12 años en riesgo de exclusión social para que puedan disfrutar de las actividades con otros niños e impedir que se sientan marginados.

"Nuestro planteamiento parte de las recomendaciones realizadas por expertos en Cooperación y Acción Social de entidades sin ánimo de lucro", ha explicado Ardid.

Ha indicado que esos expertos "proponen que la mejor alternativa para ayudar a las familias y garantizar la alimentación de los menores es hacerlo a través de la integración con otros niños, de forma que puedan disfrutar de actividades en su propio barrio, colegio o centro socio-educativo, incluyendo la comida del mediodía".

El programa cuenta con una dotación de 96.500 euros, de los que 53.500 son aportados por el Ayuntamiento, a través de su Concejalía de Acción Social, y 43.000, por la Conselleria de Educación.

Desde la Concejalía de Acción Social se ha realizado una distribución de los menores en cuatro áreas de la ciudad en función del centro escolar al que asisten durante el curso.

La zona sur incluye el CEIP La Florida y el Centro Municipal Socio-educativo (CMS) San Blas y la este cuenta con el CEIP Azorín y los CMS El Pla y Los Ángeles.

A su vez, la centro abarca los CEIP Prácticas La Aneja y La Albufereta, mientras que la zona norte consta de los CEIP Gloria Fuertes y Emilio Varela, así como de los CMS Pedro Goitia, Gastón Castelló, Virgen del Carmen, Juan XXIII y el campamento urbano Pavirre que se organiza en los CEIP La Paz, Lo Morant y Lucentum.

Los campamentos de verano complementan otras actuaciones del consistorio para apoyar a las familias en riesgo de exclusión, como es el caso de las prestaciones económicas en las que la corporación local invierte 1.717.826,85 euros al año.