Los retrasos vuelven a ser protagonistas en la línea de alta velocidad. En este caso, el AVE Madrid-Alicante, que tenía prevista su llegada a la capital alicantina a las 18.45 horas, hizo su entrada a la estación en torno a las 20.45 horas, lo que supuso un retraso de dos horas sobre el horario previsto para los 262 pasajeros que viajaban en el convoy. La demora, según informaron fuentes de Renfe, se debió a una avería mecánica, que obligó a detener la marcha del convoy en la provincia de Cuenca. Los técnicos de ADIF se desplazaron hasta la zona de la avería, en el término municipal de Tarancón, para arreglar el problema técnico. Una vez solventado, el tren de alta velocidad emprendió su camino hacia Alicante, aunque ya lo hizo con unas dos horas de retraso, según el horario previsto.

El AVE que se vio afectado ayer por la avería tenía previsto completar el recorrido en dos horas y veinte minutos, sin realizar paradas intermedias entre Madrid-Atocha y la estación de Alicante.

La demora con la que finalmente llegó el AVE a su última estación obligó a Renfe a reintegrar el importe íntegro a los 262 viajeros que completaban el trayecto entre Madrid y Alicante, respondiendo así al compromiso de puntualidad de la empresa, que le obliga a devover el 100% del coste del billete cuando el tren de alta velocidad llega con más de media hora de retraso. Así ocurrió ayer, cuando además el motivo de la tardanza no respondió a cuestiones ajenas, como sí ocurrió el pasado miércoles, cuando una fuerte tromba de agua inundó las vías de AVE a la altura de Bonete, provocando retrasos a 1.200 pasajeros.

De esta manera, el AVE Madrid-Alicante cerró ayer una semana «negra», con dos hechos de diferente origen -uno meteorológico y otro, el más reciente, mecánico- que han provocado importantes retrasos -de un mínimo de dos horas- a un total de 1.500 pasajeros.