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Urbanova, dejada de la mano de Dios

Los vecinos se sienten aislados, reclaman más autobuses en verano, cuando la población se multiplica, y urgen que se asfalte la carretera con Alicante

Dos bañistas ante las obras en pruebas en el paseo marítimo, donde se aprecia el color marrón que no gusta JAVIER MARCO

«He visto turistas con maletas y niños pequeños que se bajan en Agua Amarga porque el autobús ya no se detiene en la parada de la OAMI, donde están los hoteles, y se tienen que ir andando hasta allí para alojarse, con el peligro que tiene la carretera, porque no hay arcén», afirma Isabel Cremades, una vecina de Urbanova que denuncia el deficitario transporte público con este barrio alicantino, que sólo tiene una línea de autobús, la 27, y con escasa frecuencia de acuerdo a la queja a la que también se suma la asociación de vecinos .

«En invierno estamos dejados de la mano de Dios, abandonados, y en verano ni siquiera podemos disfrutar de las Hogueras o bajar de compras a Alicante porque el último autobús sale de allí a las 21 horas. Nos obligan a coger un taxi. El Ayuntamiento dice que es una línea deficitaria, pero ellos lo están hundiendo más. Hablamos de un servicio público, no de un negocio. Los jardines y la iluminación tampoco dan dinero».

La asociación de vecinos reclama que al menos refuercen la línea como el verano pasado, cuando pasaban cada 40 minutos. El horario actualizado el 25 de junio es el siguiente: desde Urbanova a Alicante 8.15 horas; 9.15; 11; 13,15; 14.15; 15.15; 18.30; 20.30 y 21.30; y desde Alicante a Urbanova los mismos media hora antes, con el refuerzo de domingos y festivos.

«En invierno no nos quejamos mucho porque somos pocos, unos 600 vecinos, pero ahora esa justificación no vale, porque en verano superamos los 8.000. Hemos intentando hablar con la Concejalía de Transportes pero no nos atienden», se quejó su presidente, Vicente Buades.

La asociación urge asimismo el asfaltado de la carretera con Alicante, apoyándose en la resolución favorable del Síndic de Greuges a una queja que presentaron en este sentido tras las reiteradas peticiones al Ayuntamiento, sobre todo tras el deterioro que se acentuó con las obras de construcción de la desalinizadora. La adjunta al Síndic, Emilia Caballero, recomienda al Ayuntamiento que, «de acuerdo con las prioridades que establezca para el arreglo de las vías públicas, se proceda a mejorar la carretera referida en la queja, en cumplimiento de la obligación de atender los servicios mínimos municipales y antes de que se destinen recursos económicos locales a otros servicios y actividades que son secundarios y no obligatorios».

El paseo marítimo es el otro caballo de batalla de los vecinos desde hace 22 años. La reforma empezará tras el verano con un presupuesto de 600.000 euros para el paseo, el muro, el cableado y las cañerías. Desde hace dos semanas los operarios trabajan en una muestra que no gusta a los vecinos, «porque han quitado las losetas y parece una carretera, como si hubieran vertido asfalto marrón. No es lo que queremos». El director de Costas contactó con la asociación para explicarles que es una prueba y que se puede hacer cambios.

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