Mencionarle la palabra tutor para referirse a su relación con el príncipe Felipe cuando se conocieron en octubre de 1992, que fue el año que cursó éste quinto curso en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense (Madrid), le parece algo excesivo y menciona como personas que sí han tenido gran influencia en el heredero al catedrático de Derecho Mercantil Aurelio Menéndez o al discípulo de éste, Juan Luis Iglesias. Antonio Remiro pasó el fin de semana en Santa Pola, donde dice casi ya con añoranza que cada vez quiere pasar más tiempo, y ayer ya estaba de regreso en Madrid donde le sorprendió la noticia que dio a conocer el presidente del Gobierno Mariano Rajoy a media mañana. Como a todos, el anuncio de la abdicación del rey Juan Carlos era algo que no esperaba. INFORMACIÓN habló con él por teléfono.

¿Qué le ha parecido la decisión del Rey?

...La abdicación, tanto por la fecha como por la hora elegida, me ha pillado bastante de sorpresa, aunque era una posibilidad abierta hace mucho tiempo, que ahora se ha producido. Desde mi punto de vista, es una decisión acertada. Es obvio que la imagen pública del monarca estaba dañada desde hacía tiempo y no se veía una posibilidad de recuperación en el futuro y, además, su situación personal estaba muy limitada funcionalmente por las operaciones quirúrgicas. Ha tomado una decisión que además tiene parangón en otros países europeos, el más reciente es el caso de la Reina de Holanda (Beatriz).

¿Cree entonces que tendría que haber abdicado antes a tenor de las circunstancias personales y familiares por las que está pasando?

Se pudo ir un poco antes, pero dadas las circunstancias y la coyuntura de su aplicación, creo que Su Majestad lo que ha tratado es de desvincular su situación de elementos que no tienen que ver con su abdicación para evitar el riesgo que suponía que se confundiera una cosa con otra. Él, creo, ha venido retrasando este proceso por estos motivos.

¿Y qué causas hay para explicar que su decisión de abdicar se haya producido ahora y no antes?

Una es que el príncipe Felipe es una persona con una preparación excelente para desempeñar desde ya las funciones propias del cargo. Es equilibrado, ponderado,.... con experiencia; pero es cierto que hay otro factor que indica que era el buen momento para la abdicación porque es obvio que hay otras circunstancias, como es el aumento del fenómeno de partidos políticos que apoyan el republicanismo. Es manifiesto que están dispuestos a introducir un cambio de Estado y por ello también es oportuno que lo haya hecho ahora.

Se han apoyado en el mal momento de la Casa Real para reclamar el fin de la monarquía.

Sí, pero el Rey sabe que las críticas no van dirigidas contra Don Felipe, y además es notorio que dentro de la Casa Real, el Príncipe de Asturias y la Reina reciben las mejores calificaciones de la opinión pública y él va a tener, creo, todo un viento favorable. Es un viento de popa que le va a ser muy favorable. Todas las críticas a la Casa Real quedarán sofocadas con esta decisión que ha tomado hoy (por ayer) Su Majestad.

Usted tuvo la oportunidad de tener a Don Felipe como alumno durante un año en la Universidad Complutense. ¿Qué recuerdos le dejó?

Fue ejemplar como alumno en todas las facetas académicas, con mucho interés, pero lo más importante es que era uno más en el grupo; porque aquello, en clase, no era una selección de alumnos porque él estuviera. No. Y siguió todas las enseñanzas de mi materia con puntualidad y aprovechamiento. Todo fue muy favorable.

Él llegó a la Facultad de Derecho después de formarse como militar

Sí, había concluido la carrera militar y pasó a Derecho con algunas (asignaturas) de Ciencias Económicas para completar su formación. Llegó con algo más de 20 años, recuerdo. No era muy joven y no afectó para nada su presencia en la Facultad, no fue un elemento perturbador, fue muy ligero en su protocolo y en su liturgia y todo ello fue excelente para la Facultad de Derecho y para la universidad pública. En definitiva, para él, pero también para nosotros.

Ha sido usted profesor de Derecho Internacional Público de un estudiante que en unos días será Rey de España. ¿Está orgulloso de ello?

(Se queda pensando) ...Me resulta halagador que fuera alumno mío y en absoluto aquel año alteré mi discurso. Tengo esa satisfacción y es que no alteré mis opiniones ante alguien que tenía un entorno más inmediato que podía opinar y pensar de forma muy diferente y eso, sí, eso sí fue una satisfacción. Yo, además, estaba en aquella época participando en un programa de Telecinco, que se denominaba «Entre hoy y mañana». En pleno conflicto con el Golfo, la invasión de Kuwait, la antigua Unión Soviética, Yugoslavia y los Balcanes... Había muchos conflictos internacionales, con muchos aspectos para analizar. Fue una experiencia que me resultó muy gratificante y de la que estoy muy satisfecho.

¿Ha seguido manteniendo algún tipo de contactos con él después de aquella etapa?

Después de aquel año hemos tenido una relación muy esporádica... sólo por alguna cuestión superdefinida (recuerda un curso sobre los Balcanes en el que Don Felipe aceptó la presidencia, siendo Antonio Remiro Brotons director del mismo), pero lo que más recuerdo es un viaje de estudios en el que le acompañamos por las Repúblicas Bálticas y fuimos también a Estrasburgo. En ese tiempo fue el de mayor cercanía, fue un viaje en el que participaron algunos alumnos, tres profesores y su jefe de protocolo. Aquello me demostró que es una persona muy discreta, con una cortesía indudable, con el que es fácil convivir y con un gran sentido de Estado.

Y de aquel viaje, ¿le ha quedado alguna anécdota, algún recuerdo especial?

Fue una experiencia espléndida porque eramos seis u ocho personas con una proximidad inmediata. Lo que más me llamó la atención es lo intuitivo e inteligente que es. Si le haces una pregunta equívoca, te remite a otro contertulio. Solía quitarse de encima cuestiones equívocas así. Le repreguntaba a otro.

Ya sé que es pronto, pero ya que está usted muy satisfecho de haber tenido en un aula pública al Príncipe, ¿considera que él debe hacer lo mismo con sus hijas, con la futura Princesa de Asturias?

Sin dudarlo ni un solo momento. Él tuvo una educación muy adecuada porque tenía ese doble flanco: el civil y el militar. Y los estudios de Ciencias, el Derecho y la Economía son fundamentales en un mundo de economía abierto y la universidad publica está para esto. Y además lo digo cuando la universidad es objeto de provocación. Él optó por la universidad pública y esto tiene que ser subrayado porque es la mejor de España. El único lugar donde existe una auténtica libertad de cátedra y de opinión, que es la mejor realidad. No hay adoctrinamiento. A veces hay opiniones dispares, pero desde la propia libertad de juicio. No es una atmósfera selectiva.

¿Cuál fue su papel como tutor del Príncipe de Asturias?

Tutor es un término inadecuado, fui su profesor de Derecho Internacional. Por razones obvias, otros compañeros, como Aurelio Menendez, catedrático de Mercantil; o su discípulo Juan Luis Iglesias, estuvieron en un primer nivel. Él era una persona a pie de tierra, a quien le interesaban mucho las materias jurídicas.

Hablaba usted antes del aumento de partidos políticos que quieren una república y cómo parece que el Rey, precisamente, abdica para cortar de raíz estos movimientos. ¿Qué considera usted que es mejor para nuestro país?

Yo soy un monárquico accidental. Sólo puedo decir cosas provechosas de la monarquía en un país de poco respecto a las instituciones. ¿Cree usted que sería mejor elegir a un presidente del Gobierno que no estuviera marcado por el partido que lo nombra y que, además, tuviera al otro medio país (el que no le ha votado) en contra? No buscaríamos grandes filósofos, historiadores, pensadores para desempeñar ese cargo. Si fuese así, iríamos hacia un «partisanismo». Todo hacia un «partisanismo» puro.