La justicia abre la vía a que se adopten nuevas medidas para atajar el absentismo escolar que no pasen por el encarcelamiento de los padres como contempla la normativa en vigor. Tras un revolucionario acuerdo entre el juez, el Consell y la Concejalía de Educación de Alicante, los padres de una men0r analfabeta de 14 años de edad, evitarán la cárcel siempre que se impliquen activamente en el programa urgente de escolarización acordado para la niña y que incluye, además, dotar de más profesorado a su centro.

Para que esta joven no se sienta discriminada en el instituto, los técnicos educativos han desarrollado un plan de pedagogía terapéutica y talleres motivadores en los que integrarán a otros ocho alumnos con necesidades educativas especiales del mismo centro, lo que arropará a la menor para que no se sienta señalada.

Este novedoso programa implica dotar de más profesores el centro, porque deben elaborar una programación educativa propia para esta alumna, de forma que pueda entender las materias que se imparten en primer curso de Secundaria. Los educadores deben tener en cuenta que esta menor «no sabe ni leer ni escribir y su desmotivación es absoluta», como concretan los técnicos de Educación.

Por su parte, la conselleria se ha comprometido a dotar al centro de más profesores y la familia deberá responder con un seguimiento exhaustivo de la escolarización de la niña porque, en caso contrario, cada uno de los padres se verá abocado finalmente a la cárcel: seis meses de prisión para el padre y otros tantos para la madre durante dos años escolares.

Patria potestad

El departamento técnico de Absentismo Escolar del Ayuntamiento de Alicante, creado a partir de los satisfactorios resultados obtenidos los últimos años con el programa municipal contra el absentismo, subraya tras su experiencia que lo que más temen los padres que en general han permitido la ausencia continuada de sus hijos al colegio o el instituto es «perder la patria potestad».

La amenaza que pende sobre los padres de la menor analfabeta es precisamente esta medida, «ante la que muestran más respeto que a la cárcel», subrayan los expertos.

La irregular situación de esta menor, con otros cuatro hermanos, se detectó hace cuatro cursos, el año 2009, porque otro de los hijos de la familia no se matriculó en el paso del colegio al instituto y en el trabajo con la familia se descubrió el caso de su hermana, todavía más grave.

Desde entonces se empezó a trabajar con la familia aplicando el protocolo contra el absentismo, pero no se obtuvo respuesta por parte de los padres, «nula permeabilidad», según especifican los técnicos.

Ni siquiera enviando a un técnico de absentismo al domicilio para que acompañara a la niña al colegio junto a otras tres niñas del vecindario se conseguía escolarizarla, porque se asomaba al balcón en pijama para decir que la esperaran sin aparecer posteriormente.

Casos como este, en los que la familia no responde a las mínimas indicaciones, son los que llegan a la Fiscalía de Menores. El año pasado se contabilizaron 47 expedientes calificados de máxima gravedad entre los 665 casos abiertos por la falta a clase de alumnos tanto de Primaria como de Secundaria. La gran mayoría no tiene todavía sentencia, porque las que salen ahora se refieren a situaciones que se denunciaron hace tres años, en 2011.

Tres años sin ir al centro

La Audiencia de Alicante confirmó ayer otra sentencia de un caso previo que condena a prisión a los padres y al tutor temporal de un menor por permitir su absentismo escolar tres cursos seguidos. Cuatro meses de cárcel cada uno.

Recurrieron tras ser condenados en mayo de 2013, pero se ha desestimado por no cumplir con la obligación paterna «encaminada a dotar de una educación y formación» a los hijos.

El menor, en primero de ESO, dejó de asistir puntualmente al colegio en 2006-2007; el curso siguiente fue cinco días y en 2008 no volvió, hasta ingresar en un Centro de Acogida de Menores en junio de 2009. Los padres argumentan «graves penurias económicas» y «engaños» del hijo, pero los jueces les culpan a ellos de «abandono» con el menor.