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Fomento y Consell aplazan sin fecha la red de cercanías ferroviarias en Alicante

La falta de fondos para desarrollar el convenio firmado por Gobierno y Generalitat en 2010 para construir el «tren de la costa» ha desconectado el Vinalopó del ferrocarril, y no hay voluntad política para desbloquear el problema

Fomento y Consell aplazan sin fecha la red de cercanías ferroviarias en Alicante

La falta de voluntad política del Ministerio de Fomento y el Consell ha dejado en vía muerta el acuerdo firmado en abril de 2010 para crear una potente red ferroviaria entre Alicante y Valencia presupuestada en 7.400 millones de euros (3.400 millones de Fomento y 4.000 del Consell), y con proyectos entre los que figuraban el tren de la costa y la construcción de la red de trenes de cercanías del Vinalopó, aprovechando las vías que ha dejado libres la nueva plataforma del AVE.

El plan incluía la mejora de las estaciones de Villena, Elda, Novelda y Sax, que desde la inauguración de la linea de alta velocidad se han quedado abandonadas porque ya apenas paran trenes -Talgos y regionales- dejando sin servicio a una población de unos 500.000 habitantes.

Con la infraestructura hecha, el coste de recuperar las cercanías no es alto pero no hay voluntad desde el Ministerio de Fomento. En esta coyuntura también se producen agravios comparativos entre Alicante y otras provincias, como por ejemplo la de Zaragoza, donde el Ministerio sí sufraga las pérdidas de una red de cercanías que sólo tiene un tráfico de 500 pasajeros al día, menos incluso que el invento que se hizo en su día con la C-3 que conecta Alicante con San Vicente. Prescindible, por otro lado, desde que en septiembre de 2013 se inaugurara la exitosa Línea 2 del tranvía que une Alicante con San Vicente y para en la Universidad.

En estos momentos y desde la entrada en servicio del AVE, las tres comarcas bañadas por el Vinalopó se han quedado prácticamente aisladas por ferrocarril. Por la línea convencional Alicante-Madrid, que en La Encina gira hacia Valencia, siguen circulando los Euromed, Talgo y los trenes regionales, pero en las estaciones sólo paran, y no en todas, el Talgo de Barcelona (uno al día en cada sentido) y el Regional de Castilla-La Mancha. No paran los Euromed ni, por supuesto, ninguno de los AVE y Alvia. En junio se cumplirá un año del arranque de la línea de alta velocidad y las quejas de los municipios afectados han ido en aumento, pero nada se sabe de aquel compromiso firmado en 2010.

El entonces presidente del Consell, Francisco Camps, y el ministro de Fomento, José Blanco, suscribieron en 2010 un nuevo protocolo para mejorar la red ferroviaria de cercanías en la Comunidad Valenciana, con un horizonte que llevaba las obras hasta 2020. El plan de cercanías suponía la renovación y reordenación de la actual red ferroviaria de proximidad, con cuatro nuevas líneas, la ampliación en 139 kilómetros de vía y 13 nuevas estaciones. Además, se renovarían otras 34.

El documento recogía la prolongación de la línea Valencia-Gandía (la actual C-1) hasta Dénia y a Alicante, que iba a ser sufragada tanto por el Ejecutivo central como por el Consell. En teoría era una de las obras más importantes desde el punto de vista social (los vecinos de La Safor y la Marina Alta la reclaman desde hace años) como desde el presupuestario. El bautizado como «tren de la costa» iba a circular a un máximo de 220 kilómetros por hora, lo que situaba a los municipios ubicados en esta franja a un paso de las conexiones AVE de Valencia y Alicante.

Asimismo, el Consell asumía en solitario la modernización de la línea Xàtiva-Alcoy, que incluía dos nuevas estaciones en Albaida y Ontinyent; mientras que Fomento mejoraba otra de las líneas olvidadas, la que conecta Xàtiva con Moixent, con una nueva estación en el final del trayecto.

Además, incluyó la construcción de una línea de Cercanías para conectar el Vinalopó con Alicante, ya prevista por el Ministerio, con estaciones en Novelda, Elda, Sax y Villena; así como una conexión directa desde Alicante hasta el aeropuerto de El Altet, en su camino a Elche y Crevillent (variante de Torrellano, también hoy paralizada).

Para colmo, la deficiente información sobre los trenes que deben parar en la estaciones de la línea convencional provoca que haya ocasiones en que pasajeros que piensan que el tren para, tras consultar la web, de Renfe, ven como el convoy pasa sin detenerse.

Asimismo, el Ministerio de Fomento debía realizar un estudio de viabilidad de la prolongación de la actual línea a Benicàssim, que alcanzaría el municipio de Vinaroz. Esta proyecto contemplaba estaciones en Oropesa del Mar, Torreblanca, Alcalá de Xivert y Peñíscola.

Fomento y Consell se comprometieron a que todo el plan de cercanías esté en obras en el año 2015 y aseguraron que para este año ya se habría licitado también el estudio informativo del «tren de la costa». Cayeron Blanco y Camps, llegaron Pastor y Fabra y se encontraron con miles de facturas sin pagar y una deuda estratosférica. Todo se paró, pero, en el caso de las cercanías, a la falta de presupuesto -no muy alto por otro lado- se suma la falta de voluntad política.

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